29.12.13

Sesudo resumen Mustanguero del año que se va

No quería ser menos que el resto del mundo que se dedica estos días a hacer listas, rankings y resúmenes de lo que les ha deparado el año que se acaba pasado mañana, pero tampoco quiero aburriros, así que ahí van tres (sólo tres, pero qué tres) de los Mustangmomentos que más huella han dejado en mi espíritu sensible a lo largo de estos 12 meses. Lo sé, lo sé, soy una cultureta que no piensa más que en poesía y cine de autor, pero ¡qué se le va a hacer!
Que los disfruten, queridas, Hasta el año que viene!

22.12.13

La nueva



Ya estamos en navidades, y este que acaba ha sido uno de los años más extraños de mi vida profesional. Me ha pasado de todo, y lo único bueno, hace un par de semanas. Es muy raro las vueltas que da la
vida, y si me hubieran dicho en enero donde estaría en diciembre, habría apostado lo poco que tengo a que se equivocaban. Y si me hubieran dicho en noviembre lo bien que me iba a sentar, habría hecho otro tanto.
He estado durante 14 años trabajando en la misma empresa. He crecido personal y profesionalmente en ella, enamorada de mi trabajo hasta las trancas. He visto pasar a cientos de personas por sus instalaciones, he visto mundo gracias a ella e incluso he visto más de lo que me gustaría o debería haber visto, a veces. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhaüser, je,je,je (lo siento, no puedo estar seria mucho rato) La puta crisis empezó a afectarnos a finales de 2007, cuando aún ni se la nombraba y poco a poco fui perdiendo proyectos, compañeros muy queridos (otros no tanto) cajas de navidad, cenas de empresa, pagas extra, y al final nóminas.
Aún así, los pocos que íbamos quedando, seguíamos creyendo ciegamente en que saldríamos adelante, en que juntos, aguantando hombro con hombro con el cinturón tan apretado que sólo podías comprar marcas blancas, remontaríamos el barco. Convencidos de que como en las películas viejas, los buenos acaban ganando. Hasta que en Mayo, el barco se hundió. Empresas han cerrado cientos durante estos años, pero como la mía, ninguna. Yo estuve allí hasta el último día, la última de mi departamento. El que había sido mi superior y amigo durante todo este tiempo y yo, abrazados diciéndonos: ha sido un placer y un privilegio crecer a tu lado. Y cada uno a su casa.
Me quedé tan tocada que decidí cambiar de sector. Empezar de cero. Darle un giro a mi vida. Y me puse en marcha.
Y no me han dejado. A los 2 meses de estar en paro me llamaron de otra empresa de mi sector para trabajar a distancia, en plan “cuando tenga curro te lo paso y cuando tenga dinero te lo pago” Indecente propuesta, pero mientras encuentro algo mejor, a ello vamos. Y mientras sigo en marcha encaminando mis pasos hacia otro sector.
Y no me han dejado. A primeros de este mes recibí una llamada de la empresa a la que siempre habíamos considerado nuestra más fiera competencia ofreciéndome directamente un puesto. Jornada completa, buen sueldo, contrato indefinido, en una empresa estable y con mucho trabajo. Te necesitamos a ti, llevamos meses intentando localizarte para ficharte, queremos que te vengas como creativo (no diré más) con nosotros mañana ya si puedes. Son más grandes de lo que nosotros fuimos nunca y hay gente de primer nivel trabajando en sus filas.
 Así que después de llevar 4 meses empleando más horas en conseguir que me pagaran que en trabajar, tras 5 años de incertidumbre y cuesta abajo laboral, vuelvo a ser la nueva del departamento, en una empresa en la que jamás creí que trabajaría.
Resulta que mi sector es muy pequeño y específico, y al parecer soy muy buena en mi trabajo, y mi nombre sale en reuniones y al enterarse de que estaba libre había habido revuelo. Resulta que estoy en una edad estupenda, soy lo suficientemente mayor como para saber lo que me hago y puedo empezar a producir desde el primer día, pero lo suficientemente joven como para que no me de miedo aprender y evolucionar. ¡¡Resulta que los cambios no siempre son malos!!, y tras 5 años de inacabable lucha y tristeza profesional ahora vuelvo a tener un montón de trabajo encima de mi mesa, una caja de navidad en la despensa, una paga extra en el banco y un futuro por delante. ¡Y yo creyendo que se acababa el mundo en mayo! ¡Queriendo renunciar a lo que sé hacer cojonudamente bien porque ya no podría hacerlo allí! ¡Y resulta que mi nombre salía en reuniones! ¡Si lo llego a saber pido más pasta! Ja,ja,ja.
Ahora soy la nueva en la oficina, y me gusta. Tengo el contador a cero, nadie me conoce, ni yo sé nada de nadie, pero me miran y me tratan como si les hubieran hablado bien de mi trabajo, y eso mola. Sigo echando mucho de menos mi antigua oficina y a algunos de los compañeros que tuve, pero estoy emocionada al intuir la cantidad de cosas que puedo aprender y enseñar aquí. ¿Bien está lo que bien acaba?

Menudo año más extraño…Resulta que estoy cotizada, tú, y yo sin saberlo…

8.12.13

Qué suerte hemos tenido



Nosotras, las mujeres, en concreto. De nacer en el S.XX, a finales y en Europa.

No sabes la que te espera, Tess. Por guapa.
Me gusta mucho la literatura inglesa desde mediado el S.XVIII hasta la primera guerra mundial. Desde Jane Austen hasta Oscar Wilde, pasando por las hermanas Brönte o Thomas Hardy. Ya he hablado alguna vez de la fascinación que me provoca, quizás por su marcada diferencia con el modo actual de relacionarse socialmente a la hora del asunto sexual, la época victoriana. En estos tiempos del “hola, ¿follamos?” mi lado sensible disfruta como un gorrino en una charca con esos despliegues de gestos y miradas, de frases con doble sentido y veladas insinuaciones, total para conseguir lo mismo….pero sin arruinar tu reputación.
Ahí es donde voy, antes de que los escasos maromos que merodean por estas líneas huyan despavoridos ante tanto corsé y fruncido. Leí hace poco una novela de Hardy, “Tess de los Urberville. Una mujer pura fielmente presentada” Toma ya con el título, y flipé.

Hago un pequeño resumen aunque tenga spoilers, espero que no os importe.
Tess es una jovencita de pueblo, hija de un borracho con pretensiones. Su única baza para conseguir un buen marido es su belleza e inocencia, y con ello, sus padres aspiran a casarla con un caballero. Descubren un parentesco lejano con una familia noble, y allí que envían a Tess a ver si saca algo, con su belleza y su total desinformación sobre la vida y los hombres. Y sí saca. El señorito de la casa se obsesiona con ella y la viola. Por supuesto la deja embarazada, aunque pierde al bebé a los pocos meses de nacer. Ella queda estigmatizada de por vida, porque ha perdido su honra, y la sociedad concluye que su belleza es fruto del diablo, porque ha hecho que le pase lo que le ha pasado.
Años después conoce a un buen tipo, que también se enamora de ella y se quiere casar. Ella insiste en contarle su pasado, pero él está seguro de su amor y no quiere saber nada. De modo que se casan y en la confianza de la noche de bodas, ella, que no quiere tener secretos para su marido, se sincera…Y el “enamoradísimo” la repudia inmediatamente porque no ha sido el primero en tocarla.
De ahí al final de libro todo es un dramón. Baste decir que ella mata a su violador y entonces la ahorcan por matar a un probo ciudadano. Al menos su marido se arrepiente de haberla tratado así, aunque ya sea demasiado tarde.

Hardy se define entre otras cosas por el realismo de sus novelas, y por entrar de una manera muy fiel dentro del alma femenina de la época. Tiene otra novela que también me gustó mucho, Lejos del mundanal ruido, en la que la protagonista también en una chica valiente luchando contra los elementos, aunque esta acaba bien. ¡Vaya época! ¿Os imagináis haber nacido entonces? ¡¡No éramos nada!! Absolutamente nada. Y hasta lo que aún hoy es considerado una ventaja para nosotras, que es una carcasa agradable y apetitosa, se podía volver en tu contra si se fijaba en ti el hijoputa equivocado.

Imagina que lo único que tienes para hacerte valer en la vida es tu virginidad y tu cara bonita. Con eso tienes que conseguir un futuro para ti y para tus hijos, porque esa es otra, has de tenerlos, como no puedas (lo de que no quieras es inconcebible) estás acabada. Si eres fea, has de decirle que sí al primero que te lo pida, quien sabe si habrá otro. Si eres bonita igual puedes pescar a un marido más rico, aunque sea más viejo o más mala persona, o las dos cosas juntas. Y sin rechistar hasta que te mueras. El puede hacer su vida, pero como tú pongas tus lindos ojos en otros bigotes menos amarillentos, estás desahuciada. Tú y tus hijas. Tus hijos varones aún podrán hacer carrera en el ejército y congraciarse de nuevo con la familia paterna, pero olvídate de casar bien a tus hijas, que la sociedad no olvida que una noche un apuesto oficial rebuscó bajo tus prohibidas enaguas en un baile de máscaras.

Qué suerte hemos tenido, ya que íbamos a nacer mujeres, de hacerlo a finales del S.XX, en Europa en concreto (porque si llegamos a nacer en Oriente Medio o Africa, qué más nos da el siglo) Qué suerte la nuestra de poder contar además de con nuestra cara bonita, con nuestro cerebro, con nuestros brazos y con nuestro libre albedrío a la hora de abrirnos de piernas.

Aún así, cuando yo era adolescente, en mi pueblo, de mi edad, éramos dos pandillas de chicas. Los chicos con los que íbamos normalmente nos habían puesto un apodo a cada grupo. Las Putas y Las Monjas. Las primeras eran las que se enrollaban con ellos, y las segundas, es decir, mis amigas y yo, las que éramos vírgenes, castas y puras y no se nos conocía novio ni rollete. Ellos decían que salían con las Putas pero que se casarían con Las Monjas. Y Las Monjas callábamos, sonreíamos mientras nos sonrojábamos discretamente en el salón parroquial y los fines de semana escapábamos a la ciudad a hacer con nuestros cuerpos lo que nos diera la gana. Los pobres muchachos de nuestro pueblo no sólo se equivocaban en eso, tampoco acertaron con lo de cazarnos para ser las madres de sus hijos cuando se cansaran de picar y volar. Acabamos todas con hombres seguros de sí mismos a los que nuestro pasado y reputación les importaba verdaderamente un pito. Tanto como a nosotras la suya.

2.12.13

Crespón negro por Paul Walker, señoras.

Vaya putada. No es que mereciera menos lo que le ha pasado que cualquier otro tío del mundo, pero cuando encima era una visión, aún jode más la cosa. Para lo chungo que está el panorama, al menos los hombres como él nos hacían sonreir y fantasear como bobas cada vez que aparecía ante nuestras retinas.
Ayer murió Paul Walker. Guapo entre los guapos, mirada acero azul, sonrisa angelical y abdominales que pedían a gritos sirope de chocolate. Qué putada. 40 años. Accidente de coche. Eso en la saga Fast & Furious no le había pasado nunca...Mis sueños más salvajes lo van a echar de menos. Espero que le de recuerdos de mi parte en el Olimpo al que van los Apolos como él a Andy Whitfield.




Nenas, crespón negro porque se nos ha ido uno de los más poderosos.