22.9.13

No es obligatorio, señoras.



Señora anteriormente conocida como Elsa Pataky

Tengo una conocida que es pianista profesional. Catedrática, miembro de orquesta de cámara y toda la pesca. Una tía un par de años mayor que yo, 1’65, delgada, rubia con el pelo rizado, ojos verdes y sonrisa simpática. Muy culta y estilosa. No es una jaca despampanante, es mucho mejor, una mujer muy guapa y una artista.
Recuerdo una vez que me la crucé por la calle y llevaba una boina de lana ladeada con los rizos rubios flotando alrededor de su cara hasta la altura del pecho, unas gafas Ray-Ban de aviador, chaleco largo de pelo sobre una camisa, vaqueros pitillo y botas altas por fuera del pantalón. Tenía un look de artista bohemia con un punto sexy que me encantó. Estaba muy guapa. Sin apenas maquillar y sin joyas, sólo con su encanto personal y esa preciosa melena moviéndose a su alrededor.
Llevaba unos meses sin verla y hace unos días volvimos a coincidir y casi me da un pasmo. ¿Qué le ha pasado a tu peloooo!!!??? Lo llevaba más corto que su marido. Los rizos se le arremolinaban alrededor del cráneo como si fuera un caniche, o lo que es peor, como si fuera una señora de 60 años, de pueblo.
Ay, chica, me decía ella, estaba harta de cuidármelo, así es mucho más cómodo…Y yo intentando vocalizar para decirle algo…¿Qué-qué tal el verano? Conseguí mascullar. Lo siento, no puedo decir que algo me gusta cuando estoy horrorizada, aunque tampoco soy de las que dicen las verdades a la cara en plan: Tía, te acabas de echar 15 años encima y has perdido de golpe todo el aura de glamour y bohemia que tenías. Antes eras pianista, ahora eres una señora como todas las demás. Ahora mismo mando a mis padrinos a tu peluquera porque esto no puede quedar así.

Supongo que su encanto personal seguirá intacto, que seguirá siendo igual de profesional que antes, que su cerebro no habrá perdido ni un ápice de capacidad tras la ejecución sumaria de sus bucles dorados, pero a mi se me cayó un mito. Otra tía que después de tener dos hijos y rondar la temida cuarentena se corta el pelo a lo chico porque es más cómodo y se la repanpimfla a estas alturas estar guapa. ¿Porqué el 80% de las madres de la clase de mi hijo llevan el pelo que no les llega a los hombros? ¿Porqué casi ninguna se maquilla, ni se pone tacones ni hace deporte? ¿Es obligatorio convertirte en una “señora de mediana edad” a partir de los 35? Miedito me da cada vez que me encuentro a una ex compañera de instituto, diría que parecen mi madre, pero mi madre es más elegante y moderna.

El viernes quedé para almorzar con una buena amiga también de mi edad que es diseñadora. Una de esas quedadas refrescantes y deliciosas que le hacen el mismo bien a tu alma que un mes de gimnasio a tu cuerpo. Aparecimos las dos en esa soleada mañana con shorts vaqueros. Ella los acompañaba con una camisa a cuadros de Mango que le quedaba de coña y yo con un jersey amplio y ligero con una calavera (fina y elegante, en mi línea) Ella con sandalias de cuña y yo con botines biker con hebillas. Ambas con melena al viento y gafas de sol. No es porque no tenga abuela, pero si hubiéramos pasado por delante de un cuartel de bomberos habría sonado la sirena. Pues por casualidad en la misma cafetería en que recalamos, estaba una ex compañera mía de trabajo con una amiga inmersas en los mismos menesteres en los que íbamos a enfrascarnos nosotras. Lo mismo: las dos de nuestra quinta, las dos con estilos parecidos (Dios los cría y ellos se juntan) y las dos con unas pintas de maruja rancia que tiraban de espaldas. Pelo corto, cara lavada, lunares grandes, lazos, prendas de la sección de señora del C&A, un par de cromos. Yo recordaba a esta chica de la oficina, con sus vestidos entallados, sus tacones y su melena rubia recogida en un moño, muy ejecutiva profesional…¿Pero qué le ha pasado???!! Ah, sí, que va a cumplir 40 y tiene 2 niños. Ala, a tomar pol culo la autoestima y el me gusta lo que veo en el espejo. Engordemos sin control, cortémonos el pelo, tiremos a la basura tacones y rimel y a partir de ahora nos aconsejará sobre ropa la tía Manoli la del pueblo.
Pues recuerdo también que hace años su marido estaba bueno, ¿le habrá pasado lo mismo y ahora será un señor calvo con barriga, pantalones con pinzas y camisa de cuadritos manga corta de Dustin?o estará igual de bueno pensando: Esta señora se ha comido a la chica de la que me enamoré.

Yo sigo en mis trece. Me niego a volverme comodona y rancia por el hecho de cumplir años. No pienso prescindir de mi melena, aún me cabe la ropa de Inditex y nado un par de veces a la semana en el carril de los jacos tatuados, en lugar de en el de las señoras con gorrito de flores. Hay que cuidarse, sin obsesiones y respetando lo que la genética te ha dado, pero cuidarse. Me gusta gustarme a mi misma y al jaco poderoso que me aguanta. Mis máximas para estar bien son: Hacer deporte regularmente, comer sano, follar todo lo posible y ser optimista. Y que le den morcilla al calendario!!

Por cierto, me están empezando a salir patas de gallo, pero son de sonreir ;)

9.9.13

Cincuenta sombras y un día


Charlie Hunnan será Grey. ¿También en 3D?

Resulta que las compañeras de trabajo de mi madre, que además de ser todas como 30 años menores que ella son unas cachondas, le han regalado por su cumpleaños la famosa trilogía de las 50 sombras de Grey.

Mi madre entre risas me enseñó los libros, diciéndome que ahora se los tenía que leer para no quedar mal con ellas, pero que como yo soy muy lectora “y eso”, que si me los leía yo primero y le contaba si sí o si no. Faltaría más, madre! Me lo leo y te hago un comentario de texto, sin problemas. Así que cogí el primero y me lo llevé. Y 380 páginas después se lo devolví sin acabar. Mamá, si quieres, órale carnal, pero no vale la pena. Es a la literatura lo que Hombres mujeres y viceversa a la televisión, lo que Sonia y Selena a la música, lo que Dos colgados muy fumados al cine. Una castaña pilonga.

Aguanté 380 páginas porque quería leer al menos uno de los episodos sado que han hecho famoso al libro y millonaria a su autora, y ahí me quedé. Me pareció de un cutre, de un humillante y de un casposo tal, que en lugar de ponerme a cien me puse a 200 pero de cabreo. Si esto lo llega a escribir un hombre, en lugar de hacerle una película, le hacen un Via Crucis por misógino, cerdo y maltratador. Sale en el telediario de la Sexta fijo.

Ante este tocho supuestamente cerdete se me plantean dos lecturas distintas. La primera desde el punto de vista de su calidad como novela. Me atrevo a opinar al respecto porque soy lectora voraz desde los 4 años y aunque disfruté como una gorrina quinceañera con la saga Crepúsculo, sé que no merece ni estar apilada en la misma estantería junto a cualquier cosa que escribiera Oscar Wilde, aunque fuera su lista de la compra. Pues eso. Se lee muy rápido, mucho diálogo, ni una palabra de más de 5 sílabas, contado en primera persona y ambientado en el presente, todo muy fácil de digerir. Lleno de marcas (no entiendo porqué no puede decir que se comió una chocolatina, sin más, tiene que decir la marca de todo) y lleno de frasecitas recurrentes e ingeniosas. Como lea otra vez lo que hace “la diosa que llevo dentro” la obligo a leerse La Montaña Mágica de un tirón y en arameo.

La segunda lectura, desde el punto de vista del sexo como cebo para vender ejemplares como churros y enganchar a los (o en este caso mayoritariamente las) lectores. Bueno, qué queréis que os diga. El lenguaje sexual es explícito pero no atosigante y por mucho bondage que predique, no hay nada bizarro. Escandaloso para las que gustan de culebrones, aburrido para las liberadas modernas y para mi, ni fu ni fa. El tío está buenísimo pero es un rarito de cojones y la tía es gilipollas. Es guapa, está buena, tiene 21 años y acaba de graduarse en la universidad…y es virgen. Lo dicho, gilipollas. Lo único que le envidio es que una vez el rarito la pone en marcha, tiene orgasmos como otras tenemos dolor de espalda. Continuamente. A puñados. 4 veces al día. Lahijaputa. El colega le dice: ¡venga, ahora! Y ella, obediente como un corderito, lo da todo. Qué máquina el taradito de Grey, lástima que le haga firmar un contrato obligándola legalmente a que no puede hablar con nadie de lo que le hace, porque a mi me faltaba tiempo para llamar a mis amigas en plan ¡¡Nena, nena, nena!! Me estoy zumbando a un Jabato que lo flipas!!!
Sí que es verdad que lo ha escrito una tía, lo cuenta una tía, y cuenta lo que le pasa a ella, lo que siente ella, en primera persona, con lo que es muy fácil que te identifiques con sus sensaciones, bueno, menos cuando la está zurrando o la llama nena, que a mi eso me saca de la novela y de quicio, no lo puedo evitar.

Un buen amigo que me conoce desde hace un porrón de años, se burlaba de mí cuando se lo conté. Decía que basta que todas digan A para que yo opte por B, por eso no me ha gustado la novelita de marras cuando la mitad del universo femenino la ha leído y sus parejas lo han celebrado con champagne. Que a mi lo que me pone es ir contra corriente. Y puede que en el fondo tenga razón, porque he de reconocer que el único pasaje de la novela que me aceleró el pulso de verdad fue cuando el “pobre” Cristian Grey, en un arrebato de sinceridad, le confiesa a la ya no tan virgen pero igual de gilipollas de Anastasia que él es así porque de jovencito, una amiga de su madre lo inició al sexo de una forma directa y sin rodeos, enseñándole durante años todo lo que sabía sobre cómo dar placer a las mujeres. Por un momento me imaginé cogiendo por banda a El Pantera y obligándole a aprender despacito y sin prisas cómo se debe tratar a una dama cuando la luz escasea y la ropa se cae…Ufff, a ver si va a resultar que lo mío es estar al otro lado de la fusta…