22.4.13

Fetichismos masculinos


De todos es sabido, al menos de todos los que merodean habitualmente por este blog, el tipo de hombre que nos afila el colmillo a la mayoría. A unas les pierde un médico con plaza fija en un buen hospital y barquito en Jávea. A otras algún guitarrista greñudo y tatuado que vive para su música (y sus fans) y a una que yo me sé, un tipo armado y uniformado con placa en el bolsillo y cinturón negro de algo. A priori nos da igual su edad, si es rubio, moreno o ya peina canas, si tiene la espalda como un camión o sólo como una furgoneta. Da igual si está casado (con una amiga o con tu jefa) si es un cabrón redomado, si debe dinero a media España o no se habla con su madre. Es mentar al objeto de nuestros fetichismos, y se nos aflojan las piernas.

Para servirle a Dios y a usted, Agente.

-         Tía, mi compañera de piso, la del novio bombero, quiere organizarme una cita a ciegas con un compañero de curro de su chico, pero me abuuuurren las citas a ciegas.
-         Ahá, ¿El tipo en cuestión te ha visto en foto?
-         Creo que no…
-         ¡¡¡Voy yo en tu lugaaaaar!!!! Porfa, porfa porfaaaaaaaaaaaaaaa. Lo quiero, lo quieeeeeeeeeeroooooooo!!!

Vale, en nuestro caso lo tengo claro, pero…¿Qué tipo de tía les afloja las piernas y les hace salibar a ellos así, sin saber nada más de ella que un par de datos? Sí, sí, ya lo sé, vamos a lo fácil: una que tenga menos de 30 años y más de una 95 de pecho, ¿en qué estaría yo pensando?. El caso es que no recuedo haber oído una conversación del tipo:

-         Esta mañana he estado en Correos y me ha atendido una funcionaria que…
-         ¡¡Una funcionaria de Correooooos!!! Grrrrrrr…….

Más bien suelen ser del tipo:

-         Esta mañana he estado en Correos y me ha atendido una funcionaria jovencita que tenía unas tetas…
-         ¡¡Teeeetaaaaaaas!!!!¡¡¡Corderiiiiiiiiiiiitaaaaaaa!!!

Lo único que me queda claro a priori es que para ellos si superas los 40 y/o tienes menos de una 90 de pecho, estás muerta. Da igual la profesión o aficiones que tengas, nada, niet, o hay tetazas y sonrisita boba de veinteañera de por medio o no les acelera el pulso lo más mínimo tu presencia.  Lo sé porque no se me da nada bien poner sonrisita boba, no sabía ni a los 20 y eso ha hecho huir a más de uno.

Recapitulando un poco he encontrado algunas profesiones que sí suelen motivarles, como modelos, azafatas, secretarias, camareras de pub y cosas así, pero una vez más, suelen ser ejercidas por jovencitas y en muchos casos operadas para cumplir con los estándares de talla que exige el mercado.

Desde luego no creo que coincidamos en fetichismos profesionales de cara a babear con el sexo puesto, al menos en el caso de extrapolar sus fetichismos profesionales al sexo masculino, es decir; a nosotras no nos motivan en general los modelos, azafatos, secretarios, camareros de pub y cosas así, porque la mayoría son gays. Eso no quita que algunos modelos estén para moriiiiirse, pero en general los efebos andróginos que pueblan las pasarelas internacionales, pierden más aceite que mi moto.

Me da que tampoco ellos coinciden con algunas de nosotras en el poder de atracción de una billetera abultada, a no ser que la propietaria sea una jovencita de enormes glándulas mamarias, para variar. Pero aquí les comprendo. He de confesar que nunca he estado con un tío que no me interesara más que por su pasta, pero sí lo he estado con alguno del que no me interesaba más que poseer ese pedazo de carcasa mortal durante una temporada. ¿Será mi lado masculino? Yo que sé, ¡que me quiten lo bailao!. Igual las féminas que se pirran por un capullo con yate opinen lo mismo (sí, era un coñazo pero me llevó a la Riviera), pero todos los aquí presentes sabemos qué besamos, mordemos, lamemos e intercambiamos cuando practicamos sexo. A mi me encanta practicar sexo y sinceramente, prefiero rechupetear en un motelucho a David Gandy antes que dejarme rechupetear en una suite del Ritz por Carlos Areces, queselevacer.

17.4.13

Con la Iglesia hemos topado



Duele sólo de mirar
Ahora que el Beato Ruizga amenaza con cumplir la primera promesa electoral del gobierno espoleado por las quejas del Venerable e ilustrísimo (que no ilustradísimo) Cardenal Rouco Varela, me he acordado de una cosa.

Ahora que el Beato Ruizga va a legislar cómo, cuándo y cuántos bebés debo traer al mundo con dolor y sin ayudas a la dependencia ni conciliación laboral, me he acordado (además de de su Santa Madre) de una cosa.

Podría explayarme largo y tendido sobre los huevos que tiene el colega para decirnos a las mujeres lo que tenemos que hacer por la gracia de Dios con nuestro cuerpo a estas alturas de feria. Pero ese post se lo cedo a Zenia, que se le dan de narices ese tipo de parrafadas. Lo digo en serio, nena, estoy deseando saber tu opinión.

Me gustan las iglesias. Me refiero al edificio. Me gusta el arte, la arquitectura y la música sacras y me chiflan las catedrales. Cada vez que voy a una ciudad que no conozco, procuro ir a visitar su catedral, sobre todo si esta lleva en pie más de 300 años. Son uno de los pocos lugares en una ciudad donde puedes escuchar tus pensamientos y sentirte en paz por un rato. Cuanto más vieja, mejor. De ahí que entrase a visitar expectante una pequeña capilla cercana a mi casa construída en 1400 y dedicada a Santa Lucía, que llevaba mucho tiempo cerrada por restauración.

1400. Ahí es nada. Esa pequeña capilla ya recogía los anhelos y las plegarias de los infelices que la visitaban antes de que Colón pisara América. Y la tengo al lado de casa.

Entré con respeto, como se debe de entrar a un lugar que no es el tuyo y me puse a mirar las viejas capillas cuyos antiquísimos santos residentes hacían gala de repintados mantos.

Primera capilla de la derecha: Santa Águeda. Torturada por no querer perder su virginidad con un ricachón (ya se había consagrado a Cristo) le cortaron los senos y la arrojaron sobre carbones al rojo. Preciosa estatua, la santa mirando al cielo con el vestido ensangrentado y una bandejita en la mano sobre la que reposan sus recién cortadas tetas.

Altar mayor: Santa Lucía. Esta vivió en la época del emperador Diocleciano. Otra virgen que no quería dejarse llevar al catre. Como no quería casarse, su pretendiente la denució por cristiana y desobediente y el proconsul de turno la mandó torturar y le hizo sacar los ojos pero ella siguió viendo por obra divina. Otra estatua de arrebatadora belleza con la santa con dos boquetes negros en la cara y una bandejita con dos ojos en la mano.

Primera capilla de la izquierda: El Buen Pastor. Se refiere a la alegoría bíblica en la que Dios salva a la oveja descarriada de su perdición reconduciéndola al rebaño. ¡Coño! Eso es lo que quiere hacer el Beato Ruizga con nosotras, corderas descarriadas y abortadoras…Bueno, otra preciosa estatua ante mi. Una representación de Jesucristo después de muerto, que amablemente se abre con los dedos la herida del costado, de la que un chorro de sangre de escayola mana alborozado hasta la boca de un corderito que tiene a sus piés.

LA-PU-TA. ¿Pero qué es esto, una iglesia o la sala del terror de un museo de cera?? Me quedé de piedra. ¿Pero qué mente retorcida había colocado eso allí?? ¿Qué mensaje querían transmitir? ¿Qué clase de iglesia (ahora no me refiero a los edificios) es esta??

Pues mira, aún así salí del lugar con respeto y dándole vueltas a algunas cosas. 1400. Oscurantismo. Les faltaban unos años para que la Inquisición empezara a hacer de las suyas pero ya andaba campando a sus anchas por otros lugares de España. El día a día del común de los visitantes de la capilla por quel entonces debía de estar lleno de miedo, analfabetismo, dolor, tristeza y hambre. Sin entender nada, sin poder acudir a nadie más que a ese dios oscuro y castigador que sólo toleraba obediencia ciega. Con razón las pequeñas esculturas eran tan feas y retorcidas. Tanto como las intenciones del que las mandó poner ahí.

Me niego a convertirme en una esculturita pequeña y retorcida, deformada por la incultura, el conformismo y la obediencia incuestionable. Y ya he parido dos veces y no pienso volver a hacerlo, pero eso no será un ministro el que me lo mande. Y mucho menos el que se lo mande a mi hija. Gilipollas.

P.D. Una idea para una nueva ley, por si se aburre, señor Ruizga. Que sea obligatoria la misa de los domingos bajo pena de ejercicios espirituales impartidos por usted en persona.

3.4.13

Primera cita a la carta



Por ti que no quede, campeón

Como ya ha llegado la primavera, me apetece jugar un poco. No se trata de un test, no hay resultados ni conclusiones, pero sí requiere de vuestra participación para hacerlo más divertido.

Vamos a construir nuestra ficticia primera cita con alguien, a base de elegir entre varios supuestos siguiendo las diferentes fases estándar de una cita. Existen múltiples combinaciones según el gusto de cada lector. Espero más que nunca vuestros comentarios, a ver con quién y de que modo tendríais vosotros una primera cita, aunque sea virtual.
Todo está escrito en género neutro, huelga decir que donde pone “paga él” los chulazos que merodean por estos lares pueden leer perfectamente “paga ella” y seguir jugando con la hombría intacta.

Vayamos pues, al lío.

1. Habéis quedado porque:
A-    Os han apañado la cita. ¡Que vivan las aventuras!
B-    Es alguien de tu entorno con el que llevabas tiempo de tonteo.
C-    Es un pedazo de ejemplar del género humano que conociste en un garito. Ni idea de quien es, pero estás deseando comprobar si es real lo que abulta tras la ropa.
D-    Hace meses que no te tiras a nadie y es lo más parecido que has encontrado a un posible polvo.
E-     Te ha perseguido sin descanso hasta que le has dicho que sí.
F-     Le has perseguido sin descanso hasta que te ha dicho que sí.

2. Tu cita es:
A-    Estudiante todavía, ¡pero está buenísimo! Carne fresca.
B-    Mayor que tú, interesante, con pasta y sin prejuicios.
C-    ¡¡Es un deportista famoso, o modelo!!!
D-    Es tu amigo del alma, a ver qué pasa.
E-     Ilícita, lo que la hace más emocionante.
F-     Una incógnita total.

3. A priori el plan es:
A-    Salir a cenar y a tomar copas hasta que el cuerpo aguante.
B-    Te lleva a un sitio secreto que sabe que te va a encantar.
C-    Cena y cine, o mejor teatro, o mejor aún, ¡ópera!
D-    Bocatas, cerveza y un concierto de los que hacen historia.
E-     Cena, un par de copas y tontear a saco a ver quien se lanza primero.
F-     Comer cualquier cosa y sexo cuanto antes.

4. Tu partenaire aparece:
A-    Andando. Vive al lado del restaurante.
B-    En una moto enorme, con dos cascos.
C-    En un BMW Z-4 descapotable.
D-    En una Westfalia.
E-     En un monovolumen familiar.

5. Cenáis:
A-    En un chino, y pagáis a medias. Ditacrsisis…
B-    En un restaurante con estrellas Michelín. Y te invita.
C-    En su casa. Se ha ofrecido a cocinar, y ya de paso, si la cosa va bien no tenéis que buscar una excusa para subir a casa de nadie.
D-    En un italiano superromántico. Velitas, violines y un espaguetti interminable rollo la dama y el vagabundo.
E-     Los mejores bocatas de calamares y la cerveza más fría de la ciudad.

6. Después de la cena:
A-    Te pillas un pedo del 12 porque crees que así estás irresistible.
B-    Paseáis por el centro y acaba cogiéndote de la mano.
C-    Se pilla un pedo descomunal y aprovechas la ocasión para empezar a meterle mano.
D-    Os pilláis un pedal los dos y ya no te acuerdas de más.
E-     Ninguno de los dos bebe alcochol, así que habláis, coqueteáis, os reís o lo que sea que hagan los que no beben.

7. La cosa funciona, acabáis en:
A- Tu casa. Así luego el que se tiene que marchar es el otro.
B- Su casa. Pasas mucho de meter a un desconocido en tu sancta sanctorum.
C- Un hotel. Para uno de los dos (o para ambos) la cosa es ilícita.
D- En el coche. El apretón era tal que no os dio tiempo a buscar un lecho decente.
E- Youtube. Os dio por el exhibicionismo, os lo montasteis en la playa y os grabaron unos adolescentes.

8. A la mañana siguiente:
A-    Te despiertas y ha desaparecido. ¡Genial! Eso que te ahorras.
B-    Te despiertas y ha desaparecido. ¡Será cobarde! ¿Ni un ha estado bien ya nos veremos por ahí?
C-    Te despiertas y sigue ahí. Maldita sea, debimos ir a su casa…
D-    Te despiertas y sigue ahí y está preparando el desayuno vestido sólo con el delantal.
E-     Te despiertas y ni siquiera recuerdas cómo se llamaba. Pacharán de los cojones…
F-     Os despertáis a la vez, abrazados.

9. Tres meses después:
A-    Te lo cruzas por la calle con su familia y ambos hacéis como que no os conocéis.
B-    Sigue revoloteando por tu vida un par de noches al mes.
C-    Habéis quedado este finde para celebrar el cumpleaños de su abuela.
D-    Más o menos salís, aunque no lo tienes claro y por su parte no ha dicho nada al respecto.
E-     Sí, espera, ¿cómo se llamaba? Estaba muy bueno, pero su nombre…
F-     Es tu Pareja. Con todas las letras.

Vale, y ahí va mi primera cita a la carta:

Le he perseguido sin descanso hasta que ha dicho que sí, porque es mi amigo del alma y quiero saber qué pasaría. Para mí el plan es cenar, un par de copas y tontear a saco a ver quien se lanza primero. Por supuesto aparece en una moto enorme y cenamos los mejores bocatas de calamares y la cerveza más fría de la ciudad. No soy nada sibartita con el estómago. Después de la cena nos pillamos un pedal los dos, pero espero acordarme de algo al final…
Acabamos en su casa, aún no estoy preparada para que vea mi colección de 60 figuras de plomo de El Señor de los Anillos ni para que sepa que uso la cómoda de la ropa blanca para almacenar colecciones de comics.
A la mañana siguiente me despierto y está preparando el desayuno vestido sólo con el delantal, y su culo es aún mejor de lo que recordaba.
Tres meses después, es mi pareja. Ya era mi amigo, solo que ahora además, follamos.

¡Hagan juego, señores!