Al final caí. Yo que había desconfiado, dudado y abierto la
boca cual muñeca hinchable viendo lo indefenso que está el personal ante la red
social que todo lo puede y siguen colgando sus intimidades como locos, confieso
que hace unas semanas caí en sus redes.
Había llegado a un punto en mi vida social y profesional en
que la frase “lo tienes en nuestra página de Facebook” era omnipresente. Si
quería enterarme de a qué hora y dónde era el evento al que deseaba ir, si
quería saber si habían publicado la ilustración que les envié, si quería
averiguar si la conferencia se celebraba por fin o se volvía a posponer…Tenía
que verlo en su página de Facebook.
Así que al final me decidí. Creé una cuenta para Mustang
Sally (ni de coña con mi nombre y apellidos reales) con todos los datos obligatorios
absolutamente falsos, salvo el email, claro. Acto seguido me puse a rastrear
punto por punto todos los campos de seguridad de mi cuenta, dejándolos en
blanco y bloqueándolos para que sólo pudiera ver yo su contenido. La señora
Facebook (lo siento, feminazis, pero a Facebook me la imagino mujer,
cincuentona, gorda, con gafas de pasta y permanente, obsesionada mientras come
ganchitos con enterarse de la vida y milagros de todo el planeta). Pues eso, la
señora Facebook, mientras tanto, no paraba de recordarme que el tingado mola
mucho más si tienes amigos, que si quiero amigos y que dé permiso de entrada a
los miles y miles de amigos que están esperando para llamar a mi puerta. Y yo
dándole al NO cada 30 segundos.
Hecho. Ya tengo mi cuenta en marcha y puedo entrar en las
páginas que me interesen y darle al me gusta cada vez que vea una foto de un
chulazo poderoso. Me vuelvo a conectar como 3 horas después y me encuentro en
una columnita a mi derecha, un letrero que reza: Quizás conozcas a estas
personas. ¡¡LAPUTA!!! Fotos y enlaces de peña del trabajo de la que hace más de
un lustro que no sabía nada. De hecho no sabía nada de ellos porque NO QUIERO
SABER NADA DE ELLOS, por eso perdimos el contacto….Por supuesto ni toqué la
columnita, por si acaso mordía.
Primer mosqueo con Miss. Facebook.
Un par de horas más
tarde, consulto el correo y tengo un email de mi hermano, mi hermano
menor, el de verdad, solicitando encarecidamente ser amigo mío vía Facebook.
¿¿¿??? Dos cosas: Mi hemano menor no sabe que Mustang Sally soy yo y mi hermano
menor no sabe que me he creado una cuenta de facebook, entre otras cosas porque
la he creado hace como 5 horas y no se lo he dicho a nadie aún…
Como mi mosqueo con la maruja de la red social iba en
aumento por momentos, llamo por teléfono a mi hermano:
-
Nano, ¿tú me has enviado una solicitud de amistad por Facebook?
-
No. Tengo una cuenta muerta de risa a la que no entro
desde hace años.
-
Pues que sepas que tu cuenta ha cobrado vida y está
actuando por su cuenta, nunca mejor dicho.
-
¿Y qué, quieres ser mi amiga?
-
Como si no tuviera bastante con ser tu hermana mayor…
-
Tedén
-
Yotambiéntequiero.
Y ahí me di cuenta del GRAN MONSTRUO QUE HABITA EN FACEBOOK.
Abrid los ojos, pequeños internautas!! Facebook se ha convertido en un ente
vivo que piensa, decide y actúa por su cuenta sin decirles nada a los pequeños
e insignificantes usuarios que pululan por ella publicando fotos de sus hijos,
de sus borracheras, de sus futuras ex parejas.
La inmediata conclusión fue preguntarme:
Igual que yo he recibido una solicitud de amistad por parte
de una persona con la que intercambio emails desde esta cuenta de
Yahoo…
¿Estarán recibiendo ahora solicitudes de amistad NO ENVIADAS POR MI NI
CON MI AUTORIZACIÓN de una tal Mustang Sally todos los contactos de mi email
que tengan página de Facebook? ¿Incluso aquellos con los que hace más de un
lustro que no me escribo?
Con razón a veces me cuentan que la pesada de una ex
compañera de universidad a la que no ven desde hace años no para de enviarles
solicitudes de amistad. ¡Sigue igual de plasta que cuando me copiaba en los
exámenes!! Pues NO, no es ella, es la invasión de los ultracuerpos de
la puta fisgona de Facebook que decide por ti y extiende sus tentáculos
virtuales sin tu permiso intentando encontrarte amigos lo quieras o no. Y yo
soy insociable, y tengo la arcáica costumbre de elegir personalmente a mis
amigos. Incluyendo a los virtuales.
7 horas y 35 minutos depués de haberme creado la cuenta, la
di de baja.