31.10.12

Cuando surge el amor...de 9 a 5




Es curioso como esta telaraña de blogs que vamos tejiendo nos inspira a veces temas de sesuda reflexión o chorradas absurdas, como suele ser mi caso. O de pronto nos apetece dar la propia versión de un tema cuya ajena opinión leímos hace unos días, como me ha pasado con el último post de Pandora sobre Donde tienes la olla...

Yo estoy a favor de meter partes del cuerpo que riman con olla allí donde la tienes. Y mañana será otro día (en el que apechugar con las consecuencias, vale, pero eso será mañana, no esta noche, Morenaza!) No entro a valorar si una o ambas partes están casadas, faltando con ello a su pareja, si es pecado o hijoputez el hacerlo y tal. No me interesa hoy hablar de fidelidades, sino de posibilidades sexuales y/o sentimentales que se pueden dar en el entorno de trabajo.

Todo el que ha currado en una empresa con más de 10 empleados de ambos sexos sabe lo tentador que es el tema. Es obvio que pasas muchas horas con la gente del trabajo y que somos animalitos y que la atracción surge cuando menos te lo esperas de forma variopinta. No soy mojigata. Encima, según el tipo de trabajo que tengas, se da mucho la posibilidad de tener gustos en común y así el roce hace el cariño. No es lo mismo ser apretador de tornillos en una nave industrial que diseñador y trabajar con otro diseñador moderno, guapo, con fular y dos entradas para la última exposición de vuestro fotógrafo favorito. Hombreeeeee….

Hete aquí unas cuantas variaciones de las relaciones sexomentales que se pueden dar en el entorno de trabajo. Nota aclaratoria: igual mezclo sexos, y ahora digo “ella hace” como “el otro”…No es machismo ni feminismo, es tecleamiento inconsciente. No me lo tengais en cuenta, please.

El rollo cena de empresa. Este mola cuando le pasa a otro, a ser posible de los que te caen mal. Esas movidas que suceden a veces en las empresas grandes con cenas multitudinarias en las que algunos beben más de la cuenta y otros creen que con la oscuridad del garito nadie los ve. Y el lunes unos llegan al curro avergonzados y con resaca y el resto con muchas ganas de tomar un café de máquina y comentar la jugada. ¡Maledicentes!, ¡lenguaraces! ¡desfaenados! Bueno, este rollo igual se podía hacer con más o menos impunidad hace 10 años pero hoy en día es impensable, seguro que acabas en el Facebook de alguien.

La cagada. Es la versión extra-large del apartado anterior. Cuando se ha pasado el calentón del momento encimadelamesadelasaladejuntas y una de las dos partes se da cuenta de que el otro es: A- su jefe, B- su subordinado, C- está casado, D- es idiota y se lo va a contar hasta a la de la limpieza, E- es muy idiota y ahora se cree que sois novios cuando tú ni te acuerdas de porqué le dejaste que arrimara cebolleta cuando sonaban Los Panchos. Solución: huye despavorido. Deja de hablarle, cambia de trabajo, de país, de nacionalidad. Eso no tiene arreglo de ningún tipo. Al menos que te sirva de lección para la próxima vez que te pases con los cubatas y te pongan ojitos, pichabraba. Bueno, si es tu subordinado siempre puedes despedirlo, si has sido tan cabrón como para tirarte al becario, eres capaz de despedirlo por eso también.

El latinlover. Ese que tiene encima de la mesa de su despacho la foto de la mujer y los hijos y en el cajón de abajo una agenda con los números y fotos de todas las cangrejitas que se va tirando en sus viajes de trabajo para llamarlas cuando vuelva por la zona. Cuidadín con el menda. Este no dudará en tirate bocado a la mínima ocasión. A especímenes de esta calaña hay que pararles los pies inmediatamente. Entre tomarte por puta, o por hijaputa, con estos “compañeros de trabajo” prefiero lo segundo. Estos fichas ni en foto, que tienen muchas cualidades para pasar a ser acosadores a la mínima que les des cancha. Se les suele ver el plumero enseguida porque todo el mundo sabe de su agenda y de su revolver lleno de muescas (además de puteros suelen ser bocazas) así que es raro que una de la plantilla caiga en sus redes, porque las que lo tratan a diario suelen vomitar en su papelera.

El amigo “si tu quisieras y yo pudiera”. Este mola a veces. Dependiendo de lo bueno que esté y de lo sutil que sea, te sube la autoestima y te hace ir a trabajar agusto una temporadita mientras dura la novedad. Es el tío con el que igual intentarías algo en otra vida, en otra ocasión, en otras circunstancias…El que te dice hola guapa cuando entras en su despacho, con el que tomas café y hablas de vuestros hobbys comunes, al que sólo ves afeitado, perfumado, encorbatado y de buen humor. El colega que incluso te puede poner berraca un día que le da por venir a currar con Levi’s y camiseta negra. Con este tienes la sospecha de que si os quedarais incomunicados por la nieve en un hotel de lujo a 2000km de casa…igual te saltaba a la yugular. Luego todo dependería de lo bueno que esté él y de lo buena que quieras ser tú. Ja,ja,ja. Pero como esa situación no se va a dar, este especimen en unos meses pasa a la zona de amigo y se cierra definitivamente su ventana de actuación (gracias por ampliar mi vocabulario, Mac). Es entonces cuando entra en la oficina una secretaria nueva, más joven y más rubia que tú y resulta que tu amigo ¡quien lo iba a decir! tiene más hobbys en común con ella que contigo. Es ley de vida.

El amorrrrr. Lo he visto con mis propios ojos. Dos veces. Compañeros de trabajo que se conocen, se enamoran, dejan a sus parejas en el caso de que las tuvieran y se casan y tienen hijos y comen perdices. Tal cual. Será casualidad que haya sucedido dos veces en mi entorno laboral, pero es cierto. Y uno de ellos (en este caso ambos solteros y sin pareja, en el otro todo lo contrario) era colega y me alegré mucho por él y cuando me contó sus dudas lo tuve muy claro. Tío, trabajos hay docenas ( o al menos en esa época los había) pero el amor de tu vida sólo aparece una vez, o dos para los afortunados, o nunca para algunos. Si crees que La has encontrado, a la mierda el qué dirán, a la mierda los jefes, a la mierda la olla, la polla y la madre del topo. Díselo. Y hasta hoy.

Así que , viendo siempre a priori el vaso medio lleno, yo digo sí a la confraternización entre compañeros de trabajo, sobre todo si no te gusta demasiado tu curro (por lo de la huída en caso de emergencia, más que nada).

25.10.12

Pero qué falso eres


En primer plano, unos cuantos "Loewes.

El otro día vi a una Choni con un Vuitton. Una poligonera (tribu urbana tan poco respetable como las demás y con la que no tengo en común ni su obsesión por los chándales ni los piercings en forma de verruga que suelen llevar en el labio superior) Pero no era ni siquiera una aspirante a follaviceversos, sino una Choni del montón, teñida para matarla y peor maquillada aún. Pues allí iba ella calle abajo, con su chándal, su piercing, su sombra de ojos imposible y el Vuitton de asa corta colgando del brazo. Y me dio lástima. El Vuitton, digo. A dónde hemos llegado, pensaría el pobre si pudiera hablar, yo que fui diseñado para caber en los portaequipajes del Orient Express.
Bueno, en realidad el bolso no diría nada, porque cantaba a la legua que era una imitación. ¿Qué pasa, me dirán los indignados, que por ser una Choni no puede comprarse un Vuitton auténtico? Pues sí, si lo paga (y se lo venden) sí, pero esa en concreto llevaba una imitación. No tengo pasta para comprar artículos de lujo relacionados con la moda, pero eso no quita para que me gusten y entienda de ellos.

Me parece una cutrez tremenda comprar un objeto de imitación. Gastarte 50 euros en un bolso que intenta aparentar que vale 500 cuando por 30 tienes otros de buena calidad sin las ínfulas de la marca. Se supone que quieres aparentar estilo y clase ante los entendidos colgándote una imitación de un Carolina Herrera, y lo único que demuestras es que tienes tan poca personalidad que prefieres uno de pega con monograma a uno real que no lo lleve. Del mismo modo puedo despellejar igualmente a las tontasdelculo que racanean al fontanero cuando les arregla un grifo pero no salen de casa sin sus gafas de Chanel como las petardas del spot de Loewe del que escribí un post hace unos meses. Este post no va con la gente, a mi lo que me interesa y me apena es el objeto imitado.

Quizá es una estupidez que me de pena un bolso, (cosas de mi superficialidad) pero ahora explico porqué. He visto de cerca, he tocado y he examinado piezas de Dior, de Hermés, de Vuitton (que no es una de mis favoritas, pero no le quito ni un milímetro de mérito) y son una maravilla. De hecho, recomiendo a cualquiera que pase por delante de una tienda Vuitton que eche un vistazo a los escaparates. Sus montajes son auténticos espectáculos para la vista.
No sé que me gusta más, si los bolsos, los zapatos o la idea.
Ya he dicho aquí que soy ilustradora, me encantan las cosas bellas, hermosas y bien hechas, ya sean un vestido o un coche. Y un bolso Birkin de Hermés, un zapato de Loubutin o una joya de Victoire de Castellane lo son.

En el caso del bolso. El tacto de la piel perfecta, suavísima e inmaculada. Cada una de las puntadas cosidas a mano, los remates de la costura, el acabado de los cantos, las tachuelas, los cierres que enganchan perfectamente desde que tu abuela compró el bolso en los 50…Un trabajo de ese nivel es una obra de ingeniería manual y sólo en horas de dedicación de artesanos con décadas de experiencia en marroquinería, ya vale lo que cuesta. Eso sin hablar de la materia prima de excepcional calidad. Y una imitación pervierte todo eso, lo vuelve cutre y sin gracia. Es como si King Africa hiciera una versión del My way. Herejía!! Abominación!!

No puedo evitar cuando veo esas imitaciones puestas sobre una sábana sucia en el paseo marítimo de una ciudad de veraneo pensar en mis dibujos. Me dolería en el alma ver fotocopias de uno de ellos allí tiradas. Por un lado porque no vería un duro de los que se vendieran, cuando los he hecho yo, cadacosaloquesea, pero creo que aún me dolería más pensar en el cariño con que lo hice, las horas que invertí trabajando en él, borrando y rehaciendo, buscando el color que mejor quedara, rectificando la pupila hasta que dijera lo que yo quería que debía decir…Y ahora encontrarlo tirado en la calle, deformado, impreso a toda prisa sobre un papel de mala calidad. Ver que los colores no son los mismos, los ojos están un poco torcidos, y hay una mancha donde debería verse una estrella. Y hay personas que lo compran encantadas de la vida porque nunca han visto el original de cerca, pero hay otras que dicen: tanto rollo para esto? Mira qué torcidos están los ojos…

21.10.12

Europeos del norte, europeos del sur.



Ahora que media Europa anda revuelta con el tema de que si los europeos del norte contribuyen y los europeos del sur chupan del bote, que si los del norte son trabajadores y concienzudos y los del sur unos festeros indomables, que si los del norte son aburridos y se suicidan más y los del sur se ríen y viven más…Voy a hacer mi particular y absurdo análisis del tema “europeOs del norte Vs europeOs del sur”. Otra de maromos. Exacto. El que estuviera pensando en un análisis socioeconómico se equivocó de blog.

 Europeos del norte existen varios tipos:

Nórdicos. Dícese de los muchachos de ascendencia vikinga. Noruegos, finlandeses, daneses, suecos…Su principal característica es la estaura. Será el frío o que comen mucho pescado, pero son altos de la leche. Y helados. Blancos como el hielo, de ojos fríos, glaucos y penetrantes como cuchillos. De físico delgado y poco entrados en grasa. El frío, otra vez, y que comen más pescado que cocido al volver de trabajar. Poco habladores (no sea que se les congele la lengua) estos no ligan. Se sientan en plan jefe vikingo en su trono de madera y te miran como si te atravesaran hasta que te derrites tú solita y les entras de motu propio para que te tumben sobre una piel de reno a darte lo tuyo y lo de tu prima. Espécimen modelo: el actor Alexander Skarsgard, cuya última "a" tiene un simbolito arriba que este teclado no me deja poner. Si es que son raros hasta para eso.


Eslavos. Son los que están más al este de Europa. Checos, eslovacos, polacos, ucranianos, balcánicos en general y rusos hasta Moscú, que luego Rusia se vuelve Asia y les cambia mucho la jeta. Su principal característica es que están cincelados en piedra blanca. Tienen unas caras de lo más interesantes para dibujarlas. Esculpidas, cortantes, llenas de sombras y luces. Ojos hundidos, pómulos muy marcados, narices rectas, bocas generosas de labios finos, barbillas acentuadas. A pesar de esos rasgos tan poderosos, muchos parecen niños aun llegados a la treintena, porque son lampiños y porque el frío y el vodka (para matar el frío) les sonroja de forma perenne mejillas y nariz. Son duros como las piedras de las que sacaron sus caras. Estos me encanta dibujarlos, esos pómulos quedan genial sobre el papel, pero no me imagino con un “tovarich”. He visto Promesas del este demasiadas veces. Espécimen modelo: el futbolista ruso del Arsenal, Andrei Arshavin, que por cierto, a pesar de la carita que se gasta de no haber hecho todavía la primera comunión, tiene 31 años.


Alemanes. Los que llevan a Europa más tiesa que un hilo. Los que veranean en España desde hace décadas y por eso no nos han enviado a la porra todavía, porque en el fondo nos quieren y nos envidian la siesta, la sangría y las verbenas (manda güevos). Los altos, los fuertes, los de mandíbula cuadrada, espaldas enchas, ideas claras y paso firme. Aquí el blanco polar de los dos anteriores empieza a derretirse y a combinarse con el rosa “heverrraneadoenMayorrrka” pero siguen siendo la mar de dibujables. Eso sí, sin traje regional ni jarra de cerveza en la mano, bitte. Espécimen modelo: el actor Til Schweiger. Vaya pedazo de alemán. A este sí que le dejaba yo que me impusiera condiciones para rescatarme y bajarme la prima de riesgo.


Británicos. Estos van aparte, como con la moneda única. Ni son pálidos y fríos, ni morenos y carnales. Son…lechosos, pecosos, pelirrojos, paliduchos, pocasangre…Vale que Henry Cavill y David Gandy también son británicos, pero no hablo de las excepciones, estoy generalizando, y la generalización son (y eso que tampoco están tan mal) especimenes como los actores Eddie Redmayne y Jaime Bell, al que nunca podría besar en la boca porque estaría besuqueando a Billy Elliot, que es como mi primo pequeño. Es lo que tiene. Que por cierto, Jamie tiene una sonrisa preciosa, de tío bueno y sincero, y siempre hace unos papeles de sufridor que no la muestra apenas.


Y ahora hablemos de los europeos del sur, que básicamente son uno solo.

Morenazos. Pelo oscuro, piel morena, ojos que van del verde al chocolate o todo a la vez, intenciones más oscuras todavía. Los europeos del sur tienen los ojos grandes y redondos o almendrados, las cejas anchas y barba de tres días. Porque un europeo del sur, sea español, italiano, griego o croata, tiene barba, pelo en el pecho y en todas partes, pega unos guantazos como panes y saca a los franceses de Cádiz a navajazos y triles como le toquen las narices. Mientras no se las toquen suele estar en el bar.
Los europeos del sur abrazan fuerte, apuestan fuerte y besan despacio. Son irresponsables, imaginativos, generosos y alegres, y aunque cambien de novia como de camisa, siempre serán fieles hasta la muerte a la mujer de su vida. Su madre.
Vengan esos especimenes de Morenazo irresistible: los actores españoles Hugo Silva, Miguel Ángel Silvestre y el italiano Raoul Bova


Ala, ahí queda eso. Dicho esto, ¿Sois más europeas del norte o del sur, queridas?

12.10.12

Así SÍ que voy yo a un "boys"

Sólo he estado en un local de Strip-tease masculino una vez en mi vida. En la despedida de soltera de una amiga. No recuerdo porqué razón no me emborraché esa noche y fui plenamente consciente del ridículo que hacían ellas y el bochorno y cutrez del espectáculo. Pensé. A mí no me ven más por un antro de estos.


Pero Aaaah….eso cambió anoche….Ummmm…anoche….Ooooh, anoche Magic Mike entró en mis retinas para no abandonarlas en muuucho tiempo.
¿Has visto alguna vez strippers COMO ESTOS?!!
Quedada con miamigadelalma, cenita y cine. Nena, necesitamos desconectar, charrar por los codos, cervecear y ver una película llena de abdominales que nos recargue las pilas y nos haga partirnos de la risa. Dicho y hecho. Ya había visto el trailer, y la cosa prometía calenturas y furores uterinos, pero es más aún de lo que prometía. Eso sí, en el cine, sólo mujeres y gays. Demasiado para que ni siquiera el novio más calzonazos del mundo se deje arrastrar por su parienta al cine. Además, seguro que la parienta prefiere verla sola o con amigas para aplaudir, gritar y babear a gusto.

Por ahí vamos bien, señores.
Breve sinopsis de la película para poner en antecedentes a las no iniciadas. Magic Mike, dirigida por Steven Soderberg (Solaris, El buen alemán, vale, vale, también ha hecho la saga Ocean’s) con Channing Tatum y Matthew McConaughey de stars principales. La historia es sencilla, basada en los inicios del propio Channing como stripper antes de ser actor. El Niño es un pavo de 19 años que no sabe qué hacer con su vida. Un broncas que no sirve para nada y no sabe andar por el mundo sin que cuiden de el y lo saquen de todos los líos en los que se mete. Conoce a Mike, 30 años, intento de hombre de negocios por el día, stripper para conseguir pasta fácil por las noches. Este lo introduce en el mundo de los bailes eróticos masculinos para mujeres, pero mientras Mike intenta labrarse un futuro, el Niño se dedica a explorar el lado oscuro del mundo de la noche. ¿Por qué? Porque es gilipollas el pobre, por muy bueno que esté. No voy a decir que sea una obra de arte y ensayo, pero tampoco es una comedieta chorra americana. A veces da miedito de pensar lo que hay por ahí suelto.

Me falta blog para tanto músculo!!
Mathew en su mejor papel
Pero bueno, vayamos al grano de una vez….Aaaah….¡¡¡QUE PEDAZO DE JACOS, MECAGÜENLAPUTA!! Cómo se mueve, como baila, como se quita la ropa, como chulea, como vacila, como sonríe y como de todo el hijoputa de Channing Tatum!!! Nada, nada, que me fui del cine sin encontrar mis bragas por el patio de butacas. ¿Se puede estar más bueno? ¿Se puede mover mejor el culo? ¿Se puede ser más chulo y más canalla? La madre que lo parió. Y nos lo sacan de policía!! Así SÍ que voy yo a un espectáculo de boys, coño!! Con esos pedazo de cuerpos fibrados vestidos de marines, con una coreografía en grupo al son de música dance que incluye dominadas y flexiones. Con Dallas, el ex striper jefe de los chicos (un McConaughey, superpasado de vueltas toda la película, haciendo de tío que lleva 20 años viviendo la noche con todas sus consecuencias) haciendo de maestro de ceremonias. Por cierto, no sé que come este tío porque ha de tener un 0% de grasa corporal en ese cuerpazo de vaquero trasnochado. Y de secundario, en plan gigantón (todo lo tenía gigante hasta límites insospechados, luego vuelvo al tema) nada más y nada menos que Joe Manganiello, del que ya he hablado varias veces aquí por su papel de hombre lobo en True Blood. Vaya máquina de músculos.
Salimos del cine con los ojos como platos y las piernas temblorosas. Diossss, yo quiero que se me beneficie un tío así!!! Mira que siempre he preferido a los que no bailan, los que se quedan en la barra en plan tío duro, pero después de ver a Mike moverse por el escenario con cara de “si voy con lo que te doy”…no se, no se, me lo estoy pensando.


Vamos, que recomendable total para chicas. Absolutamente. Píllate un grupo de amigas más o menos numeroso (porque como vayas sola igual acabas tocándote allí en medio y tampoco es plan) y a disfrutar como una quinceañera en celo. Ufff…aún me dura el sofoco.

P.D. Ah, sí, volviendo al tema. Digo yo que un tío que la tenga tan escandalosamente enorme, necesitará tal cantidad de sangre para mantener la erección que en menos de 3 minutos se te ha desmayado…¿no?

P.D.2. Ahí va el trailer para que los veais en acción. Ah, sí, y la banda sonora es cojonuda.

6.10.12

Decir la verdad está sobrevalorado



El mundo está lleno de personas que llevan a gala decir siempre la verdad. Seguro que más de una vez te has cruzado con una. “Yo siempre digo las cosas a la cara”, dicen llenos de orgullo. “Yo si tengo que decirte algo, te lo digo y ya está, porque yo soy muy sincero, yo siempre voy de frente, y voy con la verdad por delante. Yo soy así y al que no le guste que se joda”.

Coño! Cuanto absolutismo. ¡Qué claridad de pensamiento!¿Quién eres, el Papa, que dicen es infalible? Entonces he de entender que cada vez que abres la boca, hables de lo que hables, lo que dices no es lo que tú consideras cierto basándote en la información que posees sobre el asunto (que puede ser toda, parte o ninguna), sino la Verdad. Verdad con mayúscula que hemos de creer y seguir sin concesiones ni réplicas. Y lo curioso del tema es que esas verdades que te dicen los sinceros de pro suelen ser negativas. Aunque sea una verdad absoluta que hoy estás preciosa, parece menos pelota decirte que te ha salido un grano y ya de paso borramos un ratito ese brillo de felicidad tan molesto que llevas en los ojos, bonita.

Para empezar tantos “yoes” en sólo un par de líneas me mosquean. Yo soy muy sincero, yo te digo las cosas a la cara. Yo, yo, yo. Chico, que quieres que te diga, a mí me huele de lejos a un: Aquí el que manda es el chache. Yo TE puedo decir lo que me venga en gana, pero ay de ti como me pagues con la misma moneda. Respétame, porque soy mejor que tú y mis opiniones son la Verdad.
Frase que oí decir a un empleado en su primer día de trabajo a propósito de su jefe: A mí que no me hable así, no me conoce de nada, quiero que me respete y él ha de ganarse mi respeto. ¿Lo qué? Así que no os conocéis de nada ninguno de los dos, él es tu superior y el primer día, sin haber demostrado todavía que sirves para el puesto que ese tío te ha dado, ya vas exigiendo respeto por su parte, mientras que el tuyo “se lo tiene que ganar”. ¿No sería más lógico que tú también tengas que ganarte el suyo a base de esfuerzo y dedicación? Ah, no, espera, que yo no puedo decirte nada, que sólo tú puedes decir verdades a la cara…

A mi no me gusta nada decir “las verdades” a la cara. Tengo varios motivos para ello. Uno es que creo firmemente en lo de que si no tienes nada bueno que decir de alguien, mejor te callas. Otro que soy empática por naturaleza, igual que otro es concienzudo o tolerante, yo me pongo en el lugar del de enfrente con mucha facilidad, no puedo evitarlo, y me agobio pensando que mis comentarios le pueden herir. ¿Quién soy yo para decirle a esa compañera de trabajo que tampoco me ha hecho nada, que ese vestido le hace un culo como la monumental de Barcelona? Aunque haya pedido mi opinión expresa. Mi estilo es más salirme por peteneras diciendo que la tela es bonita, o que lleva unos zapatos tan increíbles que ni me había fijado en el vestido. ¿Falsa? ¿Hipócrita? ¡Yo que sé! Al menos la pobre chica no se irá a su mesa jodida pensando en que está haciendo el ridículo por mi culpa. Es más: a lo mejor mi comentario hace que se sienta ridícula cuando la que está equivocada y no tiene ni idea de moda soy yo y la chica tiene un culazo de lo más apetitoso. Demasiadas variables a tener en cuenta. Mejor le digo lo de los zapatos, que además es cierto que son una pasada y vuelvo a mi cafelito.

Pero luego está el tema de los amigos. Amigos de los buenos, de los de años y años de compartir experiencias y recuerdos. Amigos que saben mis secretos y de los cuales yo también conozco unos cuantos. De esos tengo muy pocos y a ellos sí les digo las verdades a la cara. La cruda realidad tal como es, tal como la veo. Sin medias tintas, sin dobleces. Y que lo acepten como puedan.

A esos les digo: Qué grandes sois. Cada uno a su modo. Con vosotros cerca, estoy a salvo. Me siento en casa. No os reprocho nada porque no hay nada que reprochar. No me debéis favores porque si alguna vez os hice alguno, no fue pensando en pagos futuros. No recuerdo vuestras faltas porque no cometéis, no habéis cometido ninguna, al menos a mis ojos, que ven lo que los vuestros porque vamos juntos por el mismo camino. Seguro tenéis defectos, como yo tengo los míos, pero ninguno es tan evidente como para recordarlo. De vosotros aprendo cada día y aquí me tenéis para lo que haga falta. Sin preguntas, sin debe ni haber y sin juicios clandestinos. Y si no os gusta lo que pienso de vosotros, os aguantáis, porque yo soy así de sincera.