18.12.12

Unos lo tienen, otros no.


Estoy viendo una serie que se llama Arrow. Superhéroe basado en el personaje de comic Green Arrow, con sospechoso parecido familiar a Batman y jaco protagonista no menos potente. Stephen Amell. Sí, como dice uno que yo me sé, si hay por en medio tíos buenos sin camiseta, ¡Mustang se engancha a esa serie! Lo cual no es del todo cierto, porque no he visto El Barco y me chifla Downtown Abbey, pero sí, en general, mi amigo no va desencaminado. Después de un duro día de trabajo y realidad, no hay nada como sentarte en tu sofá a ver 50 minutos de chulazos en una tele de 42 pulgadas y luego acostarte a “soñar con los angelitos” o pedirle a tu chulazo particular que remate la faena. Chulazo, je,je, me encanta esa palabra. La aprendí de las chicas de Se lo que hicisteis.
En cualquier caso, al ver a este tío en concreto pasear sus increibles dorsales por la pantalla, me he dado cuenta de una cosa que no tiene, y que le ha hecho perder puntos automáticamente en mis estadísticas de buenorrez. No me gusta nada como anda. En absoluto. Anda como si montara un caballo invisible, con las piernas absolutamente arqueadas y con los brazos demasiado separados del cuerpo, (por culpa de sus increibles dorsales) Esa es una de las cosas que diferencia a un tío irresistible de un bicho-bola como Labrador de Gandía Shore, por ejemplo. Pobre Labrador, que insulto para una raza de perro tan noble y buena que ese madril de increibles dorsales se llame como ellos…Lo siento, pero el otro día pillé zapeando el programa y ¡me quedé enganchada como 15 minutos!. ¡¡Qué horror!! Qué montón de petardas y garrulos juntos!! No sé que era peor, si la cantidad de mierda que tenía la casa, los tintes de las tías o los pectorales infladísimos de ellos. Eso sí, como te descuides te quedas paralizado frente a la tele por una cascada de sinsentidos y patadas al diccionario. Sólo una antes de reconducir esto, que se me va de las manos: una pava que todo lo que dice lo acaba en “ao” diciendo no se qué del “Cola-Cado” Sublime.

Te hacía yo el cura-sana...
Vale, vuelvo al tema. En estos tiempos de mandriles de gimnasio que se creen Alain Delon (como si supieran quien es) cada vez creo más en el poder sexual del carisma. En concreto, uno de los intangibles que más me llama la atención de mis congéneres del sexo opuesto es su forma de andar. A mi me puede ligar un hombre sólo con la forma de acercarse, mirándome a los ojos, de frente, con la cabeza erguida, hombros atrás, seguro de sí mismo…Mi ropa interior cae a la misma velocidad a la que él se acerca. De hecho, la forma de andar es algo que me llama la atención hasta en las mujeres, pero en el caso de ellas, para imitarla, no para levantarme, aplaudir y pedirle hijos al “caminante” pancarta en mano.
Por supuesto adjunto ejemplo visual de los mejores andares del cine actual (no voy a poner al que anda mal, evidentemente, si veis la serie ya os daréis cuenta solos). Estoy aquí para hacer el bien. Daniel Craig. Este tío a priori no tiene ni la mitad de físico que Mr. Arrow, pero tiene muchísimo más carisma. Y eso no se estudia. Se tiene o no se tiene. Y a mi letal Bond, el carisma y la clase le rebosan allende el esmoquin.


Y he aquí para gozo y disfrute de los chulazos que merodean por estos lares, los mejores andares femeninos. No he visto a una tía andar como lo hace Charlize Theron encima de la pasarela. Para morirse. Aunque igual preferirían que nos dejáramos de paseitos y enseñáramos las tetas…En cualquier caso, si sois de los que piensan que en una mujer mejor dos buenas tetas que personalidad y carisma, deberíais pasaros por el blog de esta tipa, que leí la noticia hace un par de semanas y todavía estoy alucinando. Ala, regalito de navidad. Aliciatetas blogspot o algo así se llama. Para morirse también, pero no de lo mismo que con Charlize. Igual al Labrador ese le gustaría conocerla…

11.12.12

¡Yo también quiero un plan como ese!

He visto uno de los anuncios más cachondos que me he encontrado en mucho tiempo. Desigual y su campaña para 2013 Tengo un Plan. ¡¡Yo quiero un plan como ese!! Ja,ja,ja.
Sí, chicos, por ahí hay una mujer que piensa eso de vosotros cuando se cruza con vuestro cuerpazo por los pasillos fríos de una oficina en crisis. ¡¡Y vosotros sin enteraros!! Ahí, hablando de fútbol en la fotocopiadora....


Por cierto, que el tono me recuerda mucho a una peli muy gamberra de Cameron Díaz, La cosa más dulce.

3.12.12

¿Quién quieres ser de mayor?

61 añitos tiene la señora


La mayoría de los hombres se aturullan cuando alguien les pregunta sobre si determinado tipo les parece guapo o les gustaría parecerse a él de alguna manera. A nosotras no nos cuesta nada admitirlo de una mujer, siempre y cuando sea famosa y esté absolutamente fuera del alcance de la cama de tu hombre, claro. Lo mismo sucede cuando hablas de cómo te ves con el paso del tiempo. Ellos no piensan en esas cosas, pero nosotras le vamos dando vueltas de vez en cuando para ir encauzando el fondo de armario. ¿Cómo te ves dentro de 25 años? No me refiero en plan trabajo, vida, estado civil…Me refiero a tu aspecto. ¿Quién o quienes son tu referencia de cara a envejecer físicamente?. Un jueguecito estúpido que planteo en esta fría mañana de diciembre, nada más.

 Cuando tengas digamos 60 tacos, ¿Te gustaría ser tipo Isabel Preysler, siempre discreta y elegante, o preferirías un aspecto más Anita Obregón, sexy, sexy, sexy? ¿Te imaginas tipo gran dama de la escena como Meryl Streep, por ejemplo, o te gustaría más poseer la excentricidad diseñatriz de Grace Coddington, la directora creativa de Vogue USA o el rollo activista de Susan Sarandon, novio treintañero incluído? Esa será mi Zenia, seguro, ja,ja,ja. ¿Te va más el pijerío chic de Inés de la Fressange o de Carine Roitfeld, o el poderío italiano de Monica Bellucci? Aunque esta última no vale, por un lado porque TODAS queremos parecernos a ella y por otro porque aún no ha cumplido los 50 y yo hablo de señoras ya con  edad de tener nietos.

Dicho esto, ahí va la mía. Yo de mayor quiero parecerme a Chrissie Hynde. La cantante, guitarrista, compositora y alma mater de The Pretenders. Vaya pedazo de señora. Me ha gustado desde que era una cría. Cuando todas mis amigas quinceañeras querían parecerse a la Marta Sánchez de Olé Olé (cuanto daño hicieron esa permanente y esas mechas fulánicas a muchos looks de instituto), a mi ya me gustaba esa tipa flaca con flequillo XL, camiseta negra, Fender Telecaster al hombro y toneladas de actitud rockera.

La última vez que la vi en concierto fue en Barcelona hace unos años, cuando la Señora Hynde andaba ya camino de los 60. Allí estaba yo, cerveza en mano con la boca abierta repitiendo hasta quedarme afónica Don’t get me wrong!! Y allí estaba ella, encima del escenario, con unos vaqueros negros ajustados, botas de medio tacón, una sencilla camiseta negra, abierta de piernas dándole con toda su alma a la guitarra mientras compartía micro con un bajista que podría ser su hijo. Más seca que un gremlin bien educado. Más chula que uno de Lavapiés. Más sexy que todas las conejitas de Playboy juntas. ¡Qué tía! Sin vestir de Prada, sin joyones, sin botox. Armada sólo con su personalidad arrolladora y esa mirada desafiante de vuelta de todo debajo de ese inmenso flequillo. Con un par.

Pienso ir con estas pintas al bautizo de mi primer nieto.
Me gusta esa actitud de camionero que se gasta. Hay que ser muy garrula o muy auténtica para ir por la vida así, y yo creo que lo de Chrissie, igual que lo de Loquillo (otro que tal) no se puede forzar. Son así de nacimiento. O no los soportas o eres incondicional, y yo soy incondicional de ambos. Me resulta irresistible una mujer que hace “cosas de chicos” (como liderar una banda de rock durante más de 30 años) mejor que muchos chicos. En los 80, cuando las cantantes, que no líderes, de grupos musicales llevaban cardados imposibles, pendientes desmesurados y medias de color, ella ya iba con su sencillo uniforme de roquero en plan esto es lo que hago, esta es quien soy, no me mires las tetas, sólo escúchame. Sin enseñar escote ni mover el culo. Sólo componiendo enormes canciones. Aunque su lista de ligues ha sido legendaria e incluye ejemplares tan extraños como el mismísimo Sid Vicius. ¿En qué estaves pensant Chrissie?

Pero no sólo de la apariencia viven las rockeras. Chrissie también me gusta porque es una activista de Greenpeace y Peta reconocida, con muchos años de lucha en las espaldas. No se casa con nadie excepto con su música y con sus ideas. Pasa de modas y hace con su vida y con su aspecto lo que le da la gana, no lo que dictan las revistas de moda. Es una tipa a la que admiro y con la que me encantaría tomarme unas cañas y que me cuente batallitas. Yo de sesentona quiero parecerme a Chrissie y escandalizar a las vecinas en la peluquería. Ja,ja,ja.

Y por supuesto, como buen rockero que se precie, cuando se pone en plan moñas, emociona más que la discografía completa de Luis Fonsi. Dejo aquí una prueba con la superversión que hace de Creep de Radiohead, y eso que la original de Radiohead es brutal.

24.11.12

Para qué sirven los niños

Pues tendrías que ver a mi madre...
Los propios, se entiende, los ajenos no sirven para nada excepto para darte el coñazo desde la mesa de al lado cuando vas a cenar ¡por fin! a un restaurante caro y tranquilo.
Una de las posibles consecuencias de tener un día tontorrón como los descritos en el post anterior puede ser que meses después venga un retoño a tu vida para quedarse foreverandever.
Las consecuencias negativas del hecho de generar progenie ya las había comentado antes, así que hoy quería hacer de abogado del diablo.
 
Los que leen habitualmente mis chorradas ya saben que no suelo pecar de cursi, así que podéis seguir leyendo sin miedo a que os suba el azúcar. No hay unicornios ni arcoiris ni salen expresiones como “son adorables” o “dan sentido a tu vida” en todo el texto. Prometido.
 
¿Para qué sirve entonces tener niños?
 
Te hacen ser mejor deportista. Practiques el deporte que practiques, mejorarás tu rendimiento y tus marcas. Garantizado. Porque un crío aumenta de tal modo tu umbral de agotamiento soportable que a partir de ese momento las dos horas de espining o como se llame te parecerán un paseo por el parque.
 
Son antidepresivos. Con ellos cerca vas tan de culo todos los días y 3 de cada 5 noches que ni de coña tienes un par de horas para pensar “qué estoy haciendo con mi vida”.
 
Los que necesiten una excusa para volver a jugar a las canicas, al escondite, a los clicks, con la Barbie (con la pequeña, Torpe Man, no las que usas tú, la de Mattel)…ya la tienen. Y además como son canijos, si eres competitivo les ganas siempre y si eres su madre te ganan siempre y se van a la cama a la primera.
 
Te ríes como en la vida. Bueno, si eres un soso de cojones o un pesimista nato igual no, porque los hijos tienden a parecerse a sus padres y no sólo en el tamaño de las orejas, así que a poco divertido e ingenioso que seas, el nivel de chaladura de tu miniyo tanto hablando como jugando te va a hacer pasar unas tardes de domingo lluvioso en invierno más divertidas de lo que imaginas. Sobre todo el rato que duerme la siesta, ejem.
 
Esa es otra. Ya no te volverá a doler la cabeza jamás. Porque cuando te deje un rato en paz hay que aprovecharlo, te duela o no te duela. ¡Quien sabe cuando volverás a tener otro!
 
Cuidado conmigo
Te hace disfrutar, como si fueran preciados regalos, de esas pequeñas cosas de la vida a las que antes no dabas importancia. Como ducharte sin interrupciones, leer un capítulo del libro seguido, cenar en silencio, despertarte porque tu cuerpo decida que ya ha descansado lo suficiente, ver una película en la que no salga el puto Bob Esponja…
 
Gracias a ellos eres mejor persona. O al menos lo intentas. Por supuesto si tienes ya una base adquirida, porque si eres un vago, abusón y buscabroncas casi seguro que tu hijo será igual de tete que tú. Son micos, hacen lo que ven, así que si estás centrado y tienes sentido común te esfuerzas para que lo que vean en casa tus hijos sean actos de bondad, amabilidad y cariño. Ya les enseñará lo que es la vida el hijo del broncas en el patio del colegio.
 
Para que vuelva a gustarte la Navidad. Ya que no puedes borrar del calendario esas fechas entrañables llenas de calor familiar, cenas y comidas indigestas, visitas inesperadas de parientes a los que no ves durante el resto del año (por algo será)…Al menos con niños pequeños en casa las vives de otro modo.
Me gustan sus caras de flipe cuando ven el árbol, las luces de la calle, cuando aparece en la despensa otra vez en turrón de chocolate, “pero del de Navidad de verdad, el que lleva a papá Noel y al trineo, no el de entrenamiento” (léase marca blanca). Verlo investigar cual Sherlock Holmes lupa en mano cada rincón de la casa intentando averiguar dónde han escondido los Reyes la cámara oculta para ver si se porta bien. Ayudarle a escribir la carta con dibujos y todo para que no se equivoquen de regalo…Además, un bebé es la excusa perfecta para escaquearte de eventos indeseados. Que si es muy pequeño…que si hace frío…que si habrá mucha gente y se agobia…
 

Ya no tienes que preocuparte por el dinero. Porque ya no tienes dinero. Todo te lo gastas en ellos. Para ti no queda nada. ¿Ves? Ya no hay remordimientos por culpa de la tarjeta de crédito. Un chollo.

16.11.12

Esos días en que estás tontorrona


Tengounacosaquemeardedentroooo...

A ver si a vosotras féminas que frecuentáis este blog también os pasa. Hay días en que sin venir a cuento tienes el cuerpo rumboso, retozón, lúbrico, facilón, asilvestrado, musical. Días en que te miras en el espejo después de la ducha matutina y te dices: nena (nena es algo que sólo te puedes decir tú, tu padre o Jak Teller sin que le pongas cara de perro feminista) Pues eso, que te dices: nena, hoy estás de tremenda que si yo fuera un jaco australiano te ibas a enterar ahora mismo de por dónde se va a Cuenca, ¡morenaza!.
Dicho en fino, que sales al mundo eróticamente cargada. Serán las hormonas o algo. Lo curioso es que los hombres cuando tenemos un día de estos tontorrones a veces se dan cuenta, lo notan, lo olfatean.

Ejemplo que me ocurrió hace un par de semanas. Estaba con la moto parada en un semáforo en la Gran Vía de mi ciudad. 8 de la mañana. Día rumboso para mis hormonas. Casco integral, guantes, vaqueros y botas, chupa de cuero abrochada hasta arriba (vamos que no enseñaba ni la punta de la nariz) y se me para al lado un pavo en una Monster roja. Noto que me está mirando, ladeo la cabeza ante su interés, me sonríe debajo del casco y me dice:

-         ¿Dónde vas?
-         A trabajar – respondí.
-         Yo también, pero me iría a almorzar por ahí…
-         Au! –fue mi contestación.

Nos reimos, el semáforo cambió y tras un adiós breve con un movimiento de casco cada uno tomó su camino para seguir con su vida.
Vale, es sólo una anécdota chorra, pero cada semana paran a mi lado en los semáforos decenas de moteros. ¿Porqué precisamente me sonríe y me habla uno (montando una Monster además, mis bragas por los suelos) ese día en que iba yo rumbosa pensando en las cosas que le rechupetearía al protagonista de Justified si me lo encontrara en un motel de Kentucky? ¿Casualidad? ¿Me olió las feromonas? ¿Será que iba dejando rastro por la calzada y no precisamente de aceite?

Al parecer es muy normal entre nuestros colegas del género masculino el ir así por la vida, con las hormonas revolucionadas y el cuerpo presto a un sivoyconloquetedoy ante cualquier amago de fémina dispuesta, pero al menos a mi no me pasa todos los días el tener el cuerpo acelerado de esa manera. Y eso que nosotras lo tenemos más fácil para disimular, que puedes estar cachonda como una perra en mitad de una reunión de trabajo por culpa del traductor de polaco que ha traído el cliente y no darse cuenta nadie (bueno, a lo mejor el traductor un poco sí, ejem, que se te van los ojos, nena). Eso mismo en el caso de ellos supondría un problema grave cuando se levanten todos para despedirse y uno no pueda mantener la verticalidad. Alguna ventaja tendríamos que tener en los asuntos del refocile.

Creo que fisiológicamente hablando nos coincide con los días de la ovulación, ¿puede ser? Igual tiene que ver con el instinto de procreación que seguimos manteniendo de cuando éramos (todavía) más animales que ahora. Con el rollo ese de: Homo Erectus, porfa, fecúndame hoy que además de ser mi día fértil va y resulta que me apetece muchísmo.

La ventaja que tiene en estos días el hecho de estar emparejada es evidente. Un email corto y directo y sabes que tu Hombre estará al pie del cañón dispuesto a quitarte ese desasosiego en cuanto llegues a casa. Además, como son prácticos hasta la médula, a él le importa un pito si vienes desmelenada por culpa de un traductor de polaco o porque te ha multado la Guardia Civil. Él es quien se lleva el premio.

11.11.12

You sexy thing


Traduciendo literalmente: Tú, cosa sexy. Me he enamorado de una guitarra y yo no sé tocar la guitarra pero si algún día me diera por aprender, sería con una de estas. Sabía algo de pequeña con una guitarra española que aún no sé porqué me regalaron si jamás mostré interés al respecto. El saxo. Yo quería tocar el saxo. Con 8 años ya sabía que lo importante es la actitud. Si no quieres estudiar solfeo y te obligan, al menos que el instrumento mole. Y claro, no me dejaron. Así que toqué un poco la guitarra en el colegio pero eso de “la rueda de do” nunca ha sido para mí. Ni poniéndole pegatinas a la pobre funcionaba. Poca actitud. O la tienes o no la tienes. Y he descubierto que hay objetos que la tienen, igual que las personas.
Así que esto va de objetos con actitud. Objetos que si los incluyes en tu vida diaria te hacen subir puntos en el coolómetro porque ellos solos ya tienen personalidad propia.

Una guitarra dobro resonador. Parece una lata de atún de la América profunda y suena más paleta y sucia todavía. Es rara, no sirve para cualquier estilo de música y en las tiendas de música en España no creo que las encuentres. Pero ¿a que mola muchísimo? ¿A que suena genial? ¿A que te gustaría tomarte unas cervezas con el pirado al que le da por tocar esta lata vieja?

Un Ford Mustang Shelby GT350 de 1967. Negro, por supuesto. O un Chevrolet Corvette C1 del 61. Rojo, faltaría más. Estos coches tienen clase, historia, actitud. Es imposible que no te guste ninguno de los dos. El Mustang para los malotes, el Corvette para los chicos buenos.


La chaise longue Vitra de Charles y Ray Eames. Te conviertes en chica Bond al tumbarte en ella. No se puede estar en esta preciosidad en una pose que no resulte sexy. Está expresamente diseñada para eso.


Una chaqueta de cuero de aviador. Envejecen muy bien, son calentitas…¡A quien le importa! Lo importante es que pareces recién salido de un bombardero de la segunda guerra mundial cuando te la pones. 

La Triumph Thruxton. Iba a poner la Monster, para variar, pero esta tiene más actitud todavía. Esta moto va diciendo I’m the wild one en cada curva que toma. No sé que me gustaría más, si tenerla yo o que un machote que la conduzca derrape delante de mis narices, se levante la visera del casco y me diga: sube guapa. Ay…que romáaaantico.


Un cosmético Benefit. Me encantan. Un cosmético que tiene un nombre como “I’m glam, therefore I am” y un packaging y una publicidad como estos se sale de la masa por glamuroso y delicioso. Sólo con verlo ya sabes que parecerás una princesa Disney si te lo pones. Luego falta que sea verdad, pero en cualquier caso ya vas predispuesta a ser la reina de la fiesta si llevas en los labios un brillo que se llama California kissin’

Y por último un dóberman. Vale que no es una cosa, pero es el perro más bonito, más elegante y más poderoso que he tratado. Tiene una inmerecida mala fama porque es serio, altivo y no le gusta retozar entre las flores o que le pongan nombres como Toby. Yo jugué mucho con una familia de dóbermans de pequeña y eran geniales. Cuando sea una anciana renegona de melena plateada pienso tener uno como guardaespaldas. Por si algún inútil al que cante las cuarenta se me pone tonto.


31.10.12

Cuando surge el amor...de 9 a 5




Es curioso como esta telaraña de blogs que vamos tejiendo nos inspira a veces temas de sesuda reflexión o chorradas absurdas, como suele ser mi caso. O de pronto nos apetece dar la propia versión de un tema cuya ajena opinión leímos hace unos días, como me ha pasado con el último post de Pandora sobre Donde tienes la olla...

Yo estoy a favor de meter partes del cuerpo que riman con olla allí donde la tienes. Y mañana será otro día (en el que apechugar con las consecuencias, vale, pero eso será mañana, no esta noche, Morenaza!) No entro a valorar si una o ambas partes están casadas, faltando con ello a su pareja, si es pecado o hijoputez el hacerlo y tal. No me interesa hoy hablar de fidelidades, sino de posibilidades sexuales y/o sentimentales que se pueden dar en el entorno de trabajo.

Todo el que ha currado en una empresa con más de 10 empleados de ambos sexos sabe lo tentador que es el tema. Es obvio que pasas muchas horas con la gente del trabajo y que somos animalitos y que la atracción surge cuando menos te lo esperas de forma variopinta. No soy mojigata. Encima, según el tipo de trabajo que tengas, se da mucho la posibilidad de tener gustos en común y así el roce hace el cariño. No es lo mismo ser apretador de tornillos en una nave industrial que diseñador y trabajar con otro diseñador moderno, guapo, con fular y dos entradas para la última exposición de vuestro fotógrafo favorito. Hombreeeeee….

Hete aquí unas cuantas variaciones de las relaciones sexomentales que se pueden dar en el entorno de trabajo. Nota aclaratoria: igual mezclo sexos, y ahora digo “ella hace” como “el otro”…No es machismo ni feminismo, es tecleamiento inconsciente. No me lo tengais en cuenta, please.

El rollo cena de empresa. Este mola cuando le pasa a otro, a ser posible de los que te caen mal. Esas movidas que suceden a veces en las empresas grandes con cenas multitudinarias en las que algunos beben más de la cuenta y otros creen que con la oscuridad del garito nadie los ve. Y el lunes unos llegan al curro avergonzados y con resaca y el resto con muchas ganas de tomar un café de máquina y comentar la jugada. ¡Maledicentes!, ¡lenguaraces! ¡desfaenados! Bueno, este rollo igual se podía hacer con más o menos impunidad hace 10 años pero hoy en día es impensable, seguro que acabas en el Facebook de alguien.

La cagada. Es la versión extra-large del apartado anterior. Cuando se ha pasado el calentón del momento encimadelamesadelasaladejuntas y una de las dos partes se da cuenta de que el otro es: A- su jefe, B- su subordinado, C- está casado, D- es idiota y se lo va a contar hasta a la de la limpieza, E- es muy idiota y ahora se cree que sois novios cuando tú ni te acuerdas de porqué le dejaste que arrimara cebolleta cuando sonaban Los Panchos. Solución: huye despavorido. Deja de hablarle, cambia de trabajo, de país, de nacionalidad. Eso no tiene arreglo de ningún tipo. Al menos que te sirva de lección para la próxima vez que te pases con los cubatas y te pongan ojitos, pichabraba. Bueno, si es tu subordinado siempre puedes despedirlo, si has sido tan cabrón como para tirarte al becario, eres capaz de despedirlo por eso también.

El latinlover. Ese que tiene encima de la mesa de su despacho la foto de la mujer y los hijos y en el cajón de abajo una agenda con los números y fotos de todas las cangrejitas que se va tirando en sus viajes de trabajo para llamarlas cuando vuelva por la zona. Cuidadín con el menda. Este no dudará en tirate bocado a la mínima ocasión. A especímenes de esta calaña hay que pararles los pies inmediatamente. Entre tomarte por puta, o por hijaputa, con estos “compañeros de trabajo” prefiero lo segundo. Estos fichas ni en foto, que tienen muchas cualidades para pasar a ser acosadores a la mínima que les des cancha. Se les suele ver el plumero enseguida porque todo el mundo sabe de su agenda y de su revolver lleno de muescas (además de puteros suelen ser bocazas) así que es raro que una de la plantilla caiga en sus redes, porque las que lo tratan a diario suelen vomitar en su papelera.

El amigo “si tu quisieras y yo pudiera”. Este mola a veces. Dependiendo de lo bueno que esté y de lo sutil que sea, te sube la autoestima y te hace ir a trabajar agusto una temporadita mientras dura la novedad. Es el tío con el que igual intentarías algo en otra vida, en otra ocasión, en otras circunstancias…El que te dice hola guapa cuando entras en su despacho, con el que tomas café y hablas de vuestros hobbys comunes, al que sólo ves afeitado, perfumado, encorbatado y de buen humor. El colega que incluso te puede poner berraca un día que le da por venir a currar con Levi’s y camiseta negra. Con este tienes la sospecha de que si os quedarais incomunicados por la nieve en un hotel de lujo a 2000km de casa…igual te saltaba a la yugular. Luego todo dependería de lo bueno que esté él y de lo buena que quieras ser tú. Ja,ja,ja. Pero como esa situación no se va a dar, este especimen en unos meses pasa a la zona de amigo y se cierra definitivamente su ventana de actuación (gracias por ampliar mi vocabulario, Mac). Es entonces cuando entra en la oficina una secretaria nueva, más joven y más rubia que tú y resulta que tu amigo ¡quien lo iba a decir! tiene más hobbys en común con ella que contigo. Es ley de vida.

El amorrrrr. Lo he visto con mis propios ojos. Dos veces. Compañeros de trabajo que se conocen, se enamoran, dejan a sus parejas en el caso de que las tuvieran y se casan y tienen hijos y comen perdices. Tal cual. Será casualidad que haya sucedido dos veces en mi entorno laboral, pero es cierto. Y uno de ellos (en este caso ambos solteros y sin pareja, en el otro todo lo contrario) era colega y me alegré mucho por él y cuando me contó sus dudas lo tuve muy claro. Tío, trabajos hay docenas ( o al menos en esa época los había) pero el amor de tu vida sólo aparece una vez, o dos para los afortunados, o nunca para algunos. Si crees que La has encontrado, a la mierda el qué dirán, a la mierda los jefes, a la mierda la olla, la polla y la madre del topo. Díselo. Y hasta hoy.

Así que , viendo siempre a priori el vaso medio lleno, yo digo sí a la confraternización entre compañeros de trabajo, sobre todo si no te gusta demasiado tu curro (por lo de la huída en caso de emergencia, más que nada).

25.10.12

Pero qué falso eres


En primer plano, unos cuantos "Loewes.

El otro día vi a una Choni con un Vuitton. Una poligonera (tribu urbana tan poco respetable como las demás y con la que no tengo en común ni su obsesión por los chándales ni los piercings en forma de verruga que suelen llevar en el labio superior) Pero no era ni siquiera una aspirante a follaviceversos, sino una Choni del montón, teñida para matarla y peor maquillada aún. Pues allí iba ella calle abajo, con su chándal, su piercing, su sombra de ojos imposible y el Vuitton de asa corta colgando del brazo. Y me dio lástima. El Vuitton, digo. A dónde hemos llegado, pensaría el pobre si pudiera hablar, yo que fui diseñado para caber en los portaequipajes del Orient Express.
Bueno, en realidad el bolso no diría nada, porque cantaba a la legua que era una imitación. ¿Qué pasa, me dirán los indignados, que por ser una Choni no puede comprarse un Vuitton auténtico? Pues sí, si lo paga (y se lo venden) sí, pero esa en concreto llevaba una imitación. No tengo pasta para comprar artículos de lujo relacionados con la moda, pero eso no quita para que me gusten y entienda de ellos.

Me parece una cutrez tremenda comprar un objeto de imitación. Gastarte 50 euros en un bolso que intenta aparentar que vale 500 cuando por 30 tienes otros de buena calidad sin las ínfulas de la marca. Se supone que quieres aparentar estilo y clase ante los entendidos colgándote una imitación de un Carolina Herrera, y lo único que demuestras es que tienes tan poca personalidad que prefieres uno de pega con monograma a uno real que no lo lleve. Del mismo modo puedo despellejar igualmente a las tontasdelculo que racanean al fontanero cuando les arregla un grifo pero no salen de casa sin sus gafas de Chanel como las petardas del spot de Loewe del que escribí un post hace unos meses. Este post no va con la gente, a mi lo que me interesa y me apena es el objeto imitado.

Quizá es una estupidez que me de pena un bolso, (cosas de mi superficialidad) pero ahora explico porqué. He visto de cerca, he tocado y he examinado piezas de Dior, de Hermés, de Vuitton (que no es una de mis favoritas, pero no le quito ni un milímetro de mérito) y son una maravilla. De hecho, recomiendo a cualquiera que pase por delante de una tienda Vuitton que eche un vistazo a los escaparates. Sus montajes son auténticos espectáculos para la vista.
No sé que me gusta más, si los bolsos, los zapatos o la idea.
Ya he dicho aquí que soy ilustradora, me encantan las cosas bellas, hermosas y bien hechas, ya sean un vestido o un coche. Y un bolso Birkin de Hermés, un zapato de Loubutin o una joya de Victoire de Castellane lo son.

En el caso del bolso. El tacto de la piel perfecta, suavísima e inmaculada. Cada una de las puntadas cosidas a mano, los remates de la costura, el acabado de los cantos, las tachuelas, los cierres que enganchan perfectamente desde que tu abuela compró el bolso en los 50…Un trabajo de ese nivel es una obra de ingeniería manual y sólo en horas de dedicación de artesanos con décadas de experiencia en marroquinería, ya vale lo que cuesta. Eso sin hablar de la materia prima de excepcional calidad. Y una imitación pervierte todo eso, lo vuelve cutre y sin gracia. Es como si King Africa hiciera una versión del My way. Herejía!! Abominación!!

No puedo evitar cuando veo esas imitaciones puestas sobre una sábana sucia en el paseo marítimo de una ciudad de veraneo pensar en mis dibujos. Me dolería en el alma ver fotocopias de uno de ellos allí tiradas. Por un lado porque no vería un duro de los que se vendieran, cuando los he hecho yo, cadacosaloquesea, pero creo que aún me dolería más pensar en el cariño con que lo hice, las horas que invertí trabajando en él, borrando y rehaciendo, buscando el color que mejor quedara, rectificando la pupila hasta que dijera lo que yo quería que debía decir…Y ahora encontrarlo tirado en la calle, deformado, impreso a toda prisa sobre un papel de mala calidad. Ver que los colores no son los mismos, los ojos están un poco torcidos, y hay una mancha donde debería verse una estrella. Y hay personas que lo compran encantadas de la vida porque nunca han visto el original de cerca, pero hay otras que dicen: tanto rollo para esto? Mira qué torcidos están los ojos…

21.10.12

Europeos del norte, europeos del sur.



Ahora que media Europa anda revuelta con el tema de que si los europeos del norte contribuyen y los europeos del sur chupan del bote, que si los del norte son trabajadores y concienzudos y los del sur unos festeros indomables, que si los del norte son aburridos y se suicidan más y los del sur se ríen y viven más…Voy a hacer mi particular y absurdo análisis del tema “europeOs del norte Vs europeOs del sur”. Otra de maromos. Exacto. El que estuviera pensando en un análisis socioeconómico se equivocó de blog.

 Europeos del norte existen varios tipos:

Nórdicos. Dícese de los muchachos de ascendencia vikinga. Noruegos, finlandeses, daneses, suecos…Su principal característica es la estaura. Será el frío o que comen mucho pescado, pero son altos de la leche. Y helados. Blancos como el hielo, de ojos fríos, glaucos y penetrantes como cuchillos. De físico delgado y poco entrados en grasa. El frío, otra vez, y que comen más pescado que cocido al volver de trabajar. Poco habladores (no sea que se les congele la lengua) estos no ligan. Se sientan en plan jefe vikingo en su trono de madera y te miran como si te atravesaran hasta que te derrites tú solita y les entras de motu propio para que te tumben sobre una piel de reno a darte lo tuyo y lo de tu prima. Espécimen modelo: el actor Alexander Skarsgard, cuya última "a" tiene un simbolito arriba que este teclado no me deja poner. Si es que son raros hasta para eso.


Eslavos. Son los que están más al este de Europa. Checos, eslovacos, polacos, ucranianos, balcánicos en general y rusos hasta Moscú, que luego Rusia se vuelve Asia y les cambia mucho la jeta. Su principal característica es que están cincelados en piedra blanca. Tienen unas caras de lo más interesantes para dibujarlas. Esculpidas, cortantes, llenas de sombras y luces. Ojos hundidos, pómulos muy marcados, narices rectas, bocas generosas de labios finos, barbillas acentuadas. A pesar de esos rasgos tan poderosos, muchos parecen niños aun llegados a la treintena, porque son lampiños y porque el frío y el vodka (para matar el frío) les sonroja de forma perenne mejillas y nariz. Son duros como las piedras de las que sacaron sus caras. Estos me encanta dibujarlos, esos pómulos quedan genial sobre el papel, pero no me imagino con un “tovarich”. He visto Promesas del este demasiadas veces. Espécimen modelo: el futbolista ruso del Arsenal, Andrei Arshavin, que por cierto, a pesar de la carita que se gasta de no haber hecho todavía la primera comunión, tiene 31 años.


Alemanes. Los que llevan a Europa más tiesa que un hilo. Los que veranean en España desde hace décadas y por eso no nos han enviado a la porra todavía, porque en el fondo nos quieren y nos envidian la siesta, la sangría y las verbenas (manda güevos). Los altos, los fuertes, los de mandíbula cuadrada, espaldas enchas, ideas claras y paso firme. Aquí el blanco polar de los dos anteriores empieza a derretirse y a combinarse con el rosa “heverrraneadoenMayorrrka” pero siguen siendo la mar de dibujables. Eso sí, sin traje regional ni jarra de cerveza en la mano, bitte. Espécimen modelo: el actor Til Schweiger. Vaya pedazo de alemán. A este sí que le dejaba yo que me impusiera condiciones para rescatarme y bajarme la prima de riesgo.


Británicos. Estos van aparte, como con la moneda única. Ni son pálidos y fríos, ni morenos y carnales. Son…lechosos, pecosos, pelirrojos, paliduchos, pocasangre…Vale que Henry Cavill y David Gandy también son británicos, pero no hablo de las excepciones, estoy generalizando, y la generalización son (y eso que tampoco están tan mal) especimenes como los actores Eddie Redmayne y Jaime Bell, al que nunca podría besar en la boca porque estaría besuqueando a Billy Elliot, que es como mi primo pequeño. Es lo que tiene. Que por cierto, Jamie tiene una sonrisa preciosa, de tío bueno y sincero, y siempre hace unos papeles de sufridor que no la muestra apenas.


Y ahora hablemos de los europeos del sur, que básicamente son uno solo.

Morenazos. Pelo oscuro, piel morena, ojos que van del verde al chocolate o todo a la vez, intenciones más oscuras todavía. Los europeos del sur tienen los ojos grandes y redondos o almendrados, las cejas anchas y barba de tres días. Porque un europeo del sur, sea español, italiano, griego o croata, tiene barba, pelo en el pecho y en todas partes, pega unos guantazos como panes y saca a los franceses de Cádiz a navajazos y triles como le toquen las narices. Mientras no se las toquen suele estar en el bar.
Los europeos del sur abrazan fuerte, apuestan fuerte y besan despacio. Son irresponsables, imaginativos, generosos y alegres, y aunque cambien de novia como de camisa, siempre serán fieles hasta la muerte a la mujer de su vida. Su madre.
Vengan esos especimenes de Morenazo irresistible: los actores españoles Hugo Silva, Miguel Ángel Silvestre y el italiano Raoul Bova


Ala, ahí queda eso. Dicho esto, ¿Sois más europeas del norte o del sur, queridas?

12.10.12

Así SÍ que voy yo a un "boys"

Sólo he estado en un local de Strip-tease masculino una vez en mi vida. En la despedida de soltera de una amiga. No recuerdo porqué razón no me emborraché esa noche y fui plenamente consciente del ridículo que hacían ellas y el bochorno y cutrez del espectáculo. Pensé. A mí no me ven más por un antro de estos.


Pero Aaaah….eso cambió anoche….Ummmm…anoche….Ooooh, anoche Magic Mike entró en mis retinas para no abandonarlas en muuucho tiempo.
¿Has visto alguna vez strippers COMO ESTOS?!!
Quedada con miamigadelalma, cenita y cine. Nena, necesitamos desconectar, charrar por los codos, cervecear y ver una película llena de abdominales que nos recargue las pilas y nos haga partirnos de la risa. Dicho y hecho. Ya había visto el trailer, y la cosa prometía calenturas y furores uterinos, pero es más aún de lo que prometía. Eso sí, en el cine, sólo mujeres y gays. Demasiado para que ni siquiera el novio más calzonazos del mundo se deje arrastrar por su parienta al cine. Además, seguro que la parienta prefiere verla sola o con amigas para aplaudir, gritar y babear a gusto.

Por ahí vamos bien, señores.
Breve sinopsis de la película para poner en antecedentes a las no iniciadas. Magic Mike, dirigida por Steven Soderberg (Solaris, El buen alemán, vale, vale, también ha hecho la saga Ocean’s) con Channing Tatum y Matthew McConaughey de stars principales. La historia es sencilla, basada en los inicios del propio Channing como stripper antes de ser actor. El Niño es un pavo de 19 años que no sabe qué hacer con su vida. Un broncas que no sirve para nada y no sabe andar por el mundo sin que cuiden de el y lo saquen de todos los líos en los que se mete. Conoce a Mike, 30 años, intento de hombre de negocios por el día, stripper para conseguir pasta fácil por las noches. Este lo introduce en el mundo de los bailes eróticos masculinos para mujeres, pero mientras Mike intenta labrarse un futuro, el Niño se dedica a explorar el lado oscuro del mundo de la noche. ¿Por qué? Porque es gilipollas el pobre, por muy bueno que esté. No voy a decir que sea una obra de arte y ensayo, pero tampoco es una comedieta chorra americana. A veces da miedito de pensar lo que hay por ahí suelto.

Me falta blog para tanto músculo!!
Mathew en su mejor papel
Pero bueno, vayamos al grano de una vez….Aaaah….¡¡¡QUE PEDAZO DE JACOS, MECAGÜENLAPUTA!! Cómo se mueve, como baila, como se quita la ropa, como chulea, como vacila, como sonríe y como de todo el hijoputa de Channing Tatum!!! Nada, nada, que me fui del cine sin encontrar mis bragas por el patio de butacas. ¿Se puede estar más bueno? ¿Se puede mover mejor el culo? ¿Se puede ser más chulo y más canalla? La madre que lo parió. Y nos lo sacan de policía!! Así SÍ que voy yo a un espectáculo de boys, coño!! Con esos pedazo de cuerpos fibrados vestidos de marines, con una coreografía en grupo al son de música dance que incluye dominadas y flexiones. Con Dallas, el ex striper jefe de los chicos (un McConaughey, superpasado de vueltas toda la película, haciendo de tío que lleva 20 años viviendo la noche con todas sus consecuencias) haciendo de maestro de ceremonias. Por cierto, no sé que come este tío porque ha de tener un 0% de grasa corporal en ese cuerpazo de vaquero trasnochado. Y de secundario, en plan gigantón (todo lo tenía gigante hasta límites insospechados, luego vuelvo al tema) nada más y nada menos que Joe Manganiello, del que ya he hablado varias veces aquí por su papel de hombre lobo en True Blood. Vaya máquina de músculos.
Salimos del cine con los ojos como platos y las piernas temblorosas. Diossss, yo quiero que se me beneficie un tío así!!! Mira que siempre he preferido a los que no bailan, los que se quedan en la barra en plan tío duro, pero después de ver a Mike moverse por el escenario con cara de “si voy con lo que te doy”…no se, no se, me lo estoy pensando.


Vamos, que recomendable total para chicas. Absolutamente. Píllate un grupo de amigas más o menos numeroso (porque como vayas sola igual acabas tocándote allí en medio y tampoco es plan) y a disfrutar como una quinceañera en celo. Ufff…aún me dura el sofoco.

P.D. Ah, sí, volviendo al tema. Digo yo que un tío que la tenga tan escandalosamente enorme, necesitará tal cantidad de sangre para mantener la erección que en menos de 3 minutos se te ha desmayado…¿no?

P.D.2. Ahí va el trailer para que los veais en acción. Ah, sí, y la banda sonora es cojonuda.

6.10.12

Decir la verdad está sobrevalorado



El mundo está lleno de personas que llevan a gala decir siempre la verdad. Seguro que más de una vez te has cruzado con una. “Yo siempre digo las cosas a la cara”, dicen llenos de orgullo. “Yo si tengo que decirte algo, te lo digo y ya está, porque yo soy muy sincero, yo siempre voy de frente, y voy con la verdad por delante. Yo soy así y al que no le guste que se joda”.

Coño! Cuanto absolutismo. ¡Qué claridad de pensamiento!¿Quién eres, el Papa, que dicen es infalible? Entonces he de entender que cada vez que abres la boca, hables de lo que hables, lo que dices no es lo que tú consideras cierto basándote en la información que posees sobre el asunto (que puede ser toda, parte o ninguna), sino la Verdad. Verdad con mayúscula que hemos de creer y seguir sin concesiones ni réplicas. Y lo curioso del tema es que esas verdades que te dicen los sinceros de pro suelen ser negativas. Aunque sea una verdad absoluta que hoy estás preciosa, parece menos pelota decirte que te ha salido un grano y ya de paso borramos un ratito ese brillo de felicidad tan molesto que llevas en los ojos, bonita.

Para empezar tantos “yoes” en sólo un par de líneas me mosquean. Yo soy muy sincero, yo te digo las cosas a la cara. Yo, yo, yo. Chico, que quieres que te diga, a mí me huele de lejos a un: Aquí el que manda es el chache. Yo TE puedo decir lo que me venga en gana, pero ay de ti como me pagues con la misma moneda. Respétame, porque soy mejor que tú y mis opiniones son la Verdad.
Frase que oí decir a un empleado en su primer día de trabajo a propósito de su jefe: A mí que no me hable así, no me conoce de nada, quiero que me respete y él ha de ganarse mi respeto. ¿Lo qué? Así que no os conocéis de nada ninguno de los dos, él es tu superior y el primer día, sin haber demostrado todavía que sirves para el puesto que ese tío te ha dado, ya vas exigiendo respeto por su parte, mientras que el tuyo “se lo tiene que ganar”. ¿No sería más lógico que tú también tengas que ganarte el suyo a base de esfuerzo y dedicación? Ah, no, espera, que yo no puedo decirte nada, que sólo tú puedes decir verdades a la cara…

A mi no me gusta nada decir “las verdades” a la cara. Tengo varios motivos para ello. Uno es que creo firmemente en lo de que si no tienes nada bueno que decir de alguien, mejor te callas. Otro que soy empática por naturaleza, igual que otro es concienzudo o tolerante, yo me pongo en el lugar del de enfrente con mucha facilidad, no puedo evitarlo, y me agobio pensando que mis comentarios le pueden herir. ¿Quién soy yo para decirle a esa compañera de trabajo que tampoco me ha hecho nada, que ese vestido le hace un culo como la monumental de Barcelona? Aunque haya pedido mi opinión expresa. Mi estilo es más salirme por peteneras diciendo que la tela es bonita, o que lleva unos zapatos tan increíbles que ni me había fijado en el vestido. ¿Falsa? ¿Hipócrita? ¡Yo que sé! Al menos la pobre chica no se irá a su mesa jodida pensando en que está haciendo el ridículo por mi culpa. Es más: a lo mejor mi comentario hace que se sienta ridícula cuando la que está equivocada y no tiene ni idea de moda soy yo y la chica tiene un culazo de lo más apetitoso. Demasiadas variables a tener en cuenta. Mejor le digo lo de los zapatos, que además es cierto que son una pasada y vuelvo a mi cafelito.

Pero luego está el tema de los amigos. Amigos de los buenos, de los de años y años de compartir experiencias y recuerdos. Amigos que saben mis secretos y de los cuales yo también conozco unos cuantos. De esos tengo muy pocos y a ellos sí les digo las verdades a la cara. La cruda realidad tal como es, tal como la veo. Sin medias tintas, sin dobleces. Y que lo acepten como puedan.

A esos les digo: Qué grandes sois. Cada uno a su modo. Con vosotros cerca, estoy a salvo. Me siento en casa. No os reprocho nada porque no hay nada que reprochar. No me debéis favores porque si alguna vez os hice alguno, no fue pensando en pagos futuros. No recuerdo vuestras faltas porque no cometéis, no habéis cometido ninguna, al menos a mis ojos, que ven lo que los vuestros porque vamos juntos por el mismo camino. Seguro tenéis defectos, como yo tengo los míos, pero ninguno es tan evidente como para recordarlo. De vosotros aprendo cada día y aquí me tenéis para lo que haga falta. Sin preguntas, sin debe ni haber y sin juicios clandestinos. Y si no os gusta lo que pienso de vosotros, os aguantáis, porque yo soy así de sincera.

29.9.12

El lobo solitario



Hace unos días me encontré con un amigo al que hacía meses que no veía. 42 años, muy deportista, no un bellezón pero sí un tipo atractivo. Un soltero cuya nómina invierte principalmente en chupas de cuero Schott y cenas con la cangrejita de turno. Un crack que además es un encanto. Lo conozco desde hace casi 15 años y durante ese tiempo no le he visto ninguna relación más o menos seria.

Una vez definido el panorama, decir que este soltero de oro con casa, curro y bíceps empezó a salir con una chica hace un par de años y esta última vez que estuvimos charlando, me contó que la chica se había ido a vivir con él hacía unos meses. Todo ideal. Pero conforme la conversación avanzaba, empezó más bien en broma y luego más bien en serio a quejarse.

¡Es mi casa!, decía. Y ahora ella estaba todo el día allí, la veía continuamente, la tenía todo el día encima diciéndole cosas que hacer. ¿Por qué no hacemos esto? ¿Por qué no vamos a tal sitio? ¿Y ahora te vas con la bici? Si has salido a correr esta mañana! No podía llevar a amigos de improviso, el piso era demasiado pequeño para los dos, había perdido su libertad, que cualquier día de estos se divorciaba (no están casados) No podía contar con todo el tiempo que necesitaba para entrenar y tía, ya sabes que para mi el entreno es lo primero…

Seguro que en el fondo había algo de coña de por medio, porque lo conozco y es un buen tío, pero también había mucho de agobio por la invasión de tu espacio que supone compartir techo con alguien, aunque sea alguien a quien quieres. No digo alguien a quien quieres mucho, porque si le quieres mucho, compartir casa con él o ella, es una pasada. Una vez tenéis una persona que os limpie el piso una vez por semana, ya no hay nubes en el horizonte y estás deseando llegar a casa para verlo y contarle qué tal tu día mientras hacéis una cenita estupenda cervecita en mano.

Yo ya creía que mi amigo pertenecía al clan de los lobos solitarios, y me sorprendió cuando me presentó una noche de verano a su chica, pero después de la charla del otro día en la que no opiné, ni di consejos, sino que me limité a escuchar y asentir, a reírme y a dejarlo desahogarse, volví a incluirlo de nuevo en la manada de los que no tienen manada. Pobre chica, espero que no esté ilusionada a tope, porque me temo que le quedan tres telediarios para que le diga que la quiere pero que necesita su espacio y que no tiene pensado ni casarse ni tener hijos. Que no es por ella, es por él etc, etc.

El lobo solitario. No digo que esté mal ni bien el serlo, mi amigo es un buen tío, es sólo que su vida ha tomado ese camino con los años y le gusta. También hay mujeres que lo son y yo creo que no se trata de un tema de “si me comprometo con esta me pierdo a las demás” y chorradas semejantes. Se trata más bien de prefiero estar solo y hacer lo que me de la gana que supeditar mi vida a la opinión de otro. Supongo que cuando llevas más de 20 años viviendo solo es muy difícil meter a otra persona en tu casa, en tu vida y en tus planes. Te has acostumbrado a mandar sobre ti mismo y no te compensa el tener compañía con las parcelas de individualidad que has de ceder a cambio. Mi lado romántico (que también lo tengo, al fin y al cabo soy una mujer) me dice que a estos solitarios por decisión propia un día les asaltará el corazón un amor loco de esos que te llegan una vez en la vida y tirarán todos sus esquemas por la ventana para irse al fin del mundo por esa persona especial. Pero la veteranía y la experiencia que voy teniendo con los lobos solitarios que conozco, me dice que eso no pasa, que tarde o temprano (más bien temprano) en cuanto abren la puerta de su casa a la princesa de la boca de fresa, esta empieza a exigir cosas tan terribles como un cajón para sus cosas, o que conozcas a sus padres o se queda emparrada cuando ve un bebé y de repente al lobo solitario le empiezan a entrar temblores, calores y sofocos cual menopáusica y echa terriblemente de menos sus antiguas tardes de domingo en soledad.

Conclusión. Si empiezas una relación con un tío que tiene más de 40 años, lleva muchos viviendo solo y sin haber tenido durante ese tiempo una pareja estable más de 6 meses….Es un lobo solitario, tú verás, princesa de la boca de fresa. Puede que hasta se enamore de ti, pero lleva demasiado tiempo enamorado de sí mismo como para hacerte un hueco en su vida en libertad. Igual te quiere y todo, pero a estas alturas, se quiere más a sí mismo.

23.9.12

LOS VENGADORES : )

Con retraso pero no con menos ganas que si hubiera podido verla en cines, ayer vi Los Vengadores. Lo primero que me vino a la cabeza, ya que en otra vida me habría gustado hacer dirección artística para cine fue: Joder, qué bien se debe trabajar con esos presupuestos. Imagina que vas a currar de buena mañana y tu trabajo consiste en diseñar el traje de Iron Man, o la nave brutal en la que se encuentra su cuartel general, o probarle el traje al Capitán América a ver si le tira de la sisa, je,je. Cuando una está acostumbrada a trabajar para clientes cuya primera frase es “tengo poco presupuesto” meterte en un embolado con carta blanca para imaginar debe de ser una maravilla.



Me ha encantado. Soy fácil supongo (cinematográficamente hablando o de lo otro si eres bombero, ejem) También me gusta de vez en cuando una peli antigua, europea o en blanco y negro, y no me hace ninguna gracia el humor escatológico de chorradas como Scary movie o similares, pero me rindo sin condiciones ante un blockbuster bien rodado, con acción, chulazos de uniforme y un diseño de producción de los que te dejan con la boca abierta. Y Los Vengadores tiene las tres cosas. También una buena historia. De hecho, cada uno de los protagonistas tiene una buena historia detrás, así que juntarlos es mucho más interesante que verlos por separado.


Más de una vez no pude evitar una carcajada, y con eso ya me gana cualquiera. Si me hace reír de ese modo, ya sea una película, un novio o un libro, me hago fan inmediata. Hulk sacudiendo a Loki, el propio Loki cada vez que sale vestido de minotauro finolis,  Tony Stark burlándose hasta de su sombra…
Hubo otros momentos en los que me quedé con la boca abierta, flipando como una cría. La nave de S.H.I.E.L.D.. ¡¡Qué nave!! Cuando empieza a elevarse sobre el agua y ves el diseño completo por primera vez (cómo han mejorado el modelo del cómic, que viva la tecnología) Me puse verde de envidia pensando en el atajo de frikis que habría pasado semanas dibujando naves, estudiando manuales y comics, teniendo apasionantes brainstormings con la gente de Marvel para discutir los detalles…¡¡y cobrando por ello!! Y a lo mejor hasta podrían haber estado en las pruebas de vestuario del Capitán América…¡Cabrones!!

Otra flipada. Los monstruos gigantescos y malvados que aparecen en el ataque final, nadando por el aire como letales morenas acorazadas. ¡¡Qué idea más alucinante!! ¿Quién dijo que los monstruos han de ser rápidos para ser peligrosos? Esa forma de deslizarse por el cielo, como si nadaran, las vértebras bailando entre los edificios de Nueva York que no pueden hacer nada por escapar a sus terribles coletazos…Brutal.

Y por fin…LOS VENGADORES. Bueno, bueno. ¿Por quién empiezo? Por el semidiós, supongo. No sé porqué le han quitado a Thor el casco, con lo chulo que queda. Tampoco le tapaba tanto la cara. En cualquier caso…Thor es demasiado mala bestia para mi. Demasiado inmenso. Con uno de sus brazos das de comer a una familia de leones un par de semanas.

Bruce Banner y su alter ego Hulk. Por fin, por una vez, Hulk es como Bruce pero en verde y grandote (los que hayan visto las otras películas de Hulk entenderán lo que quiero decir) y sólo por la escena en la que aporrea a Loki al más puro estilo King Kong ya le perdono la cara de agobiao que pone en el resto de la película.

Nick Furia. Molón el traje y la actitud, pero no me van los tíos con parche.

Ojo de Halcón. Una grata sorpresa. A este entiendo que le quiten la máscara, porque lo del antifaz moradito canta a Chueca que no veas. Ahora es más oscuro y silencioso, más duro y frío, como me gustan a mi, y el diseño del arco es una pasada.

El Capitán América. ¡¡Vaya espalda para restregarseeee!!! Diosss, ¿pero qué desayuna Chris Evans para tener esos dorsales? A ese le cobran tarifa doble en un masaje!! Campeón!! Ahora bien, por un lado el pelito años 50 lo entiendo por el personaje pero no me gusta, el traje mola más el rollo militar que le dieron en su propia película y la actitud a lo James Stewart que se gasta me aburre. Capitán, le queda mucho por aprender de Iron Man, mocetón.

Un tío espectacular y el Capitán América.
Iron Man. Qué crak. Qué bestia parda de la escena. Tony Stark se come con patatas a todos los demás vengadores, por chulo, por vacilón y por canalla. O lo que es lo mismo, Robert Downey Jr. se come con patatas a todos los demás actores por chulo, por vacilón, por canalla…y porque las tablas se le salen por esos ojos de alucinado y esa sonrisa torcida. Este tío está mucho más sexy ahora con casi 50 tacos, que cuando salía en Ally McBeal aunque tenga más arrugas. ¿Por qué no entiende nadie que a las mujeres les pasa lo mismo? En fin…es una batalla perdida.

Vaya tía más guapa
Y por último, hablando de mujeres. Lo que más me gustó de Scarlett en su papel de la Viuda Negra es que al menos no la obligaron a bajarse la cremallera del traje hasta casi el ombligo como era de esperar. Además, justo al contrario que Tony Stark, Natacha se toma superenserio a sí misma, no sonríe en toda la película y se enfrenta a la bestia alienígena con un par de pistolitas y morritos circunspectos. Al menos las flechas de Ojo de Halcón llevan cargas explosivas, tía, cúrratelo un poco. Y además no me gusta Scarlett Johansson. Cuando hablan de lo buena que está sólo oigo bli-bli, bla-bla. No es envidia, simplemente me gusta más otro tipo de mujer, como por ejemplo la verdadera belleza de esta película, Cobie Smulders, que no comparte escenas con Scarlett porque esta teme que le hubieran dicho: ¡quita de ahí culogordo! Que nos tapas a Afrodita. Ya me parecía guapa cuando la vi alguna vez en Como conocí a vuestra madre, pero en Los Vengadores está preciosa de morirse. Pedazo de robaplanos. Tiene una cara de proporciones perfectas…la muy zorra.

En resumen, una gozada espectacular sin pretensiones, y a mucha honra.