31.5.10

La Regla de los Cojones


Así, de sopetón, de buenas a primeras. Aún tengo ganas de estrangular a los creativos del anuncio de compresas en el que se suponía que te encantaba ser mujer. Apuesto a que eran todo tíos.
No me vengas ahora con que te gusta tener la regla. No, no estoy hablando de que tengas que aguantarla, de que resulta que a ti en concreto no te duele, no te enteras, no te afecta….¡y una mierda!!! Tener la regla es un asco. Es un hecho. Pasarte la vida pendiente de si la vas a tener justo en ese viaje, esa cita, esa reunión importante, de si te viene, ¡¡de si no te vieneeeee!!! De si odias a todo el mundo y a ti en particular… y encima que alguien te diga: pero qué mosca te ha picado, ¿tienes la regla o qué? Yo lo estrangulo. Por capullo y por acertar.
La semana previa es una mierda. De repente una palabra de alguien que te importa te hace estar una hora a punto de llorar y meditando su significado letra por letra.
La semana de la regla también. Estás cansada, floja, sin ánimos, sangrando como un cerdo y con dolor de todo, ¡y que no se te note, no me seas nenaza, que es lo más natural del mundo!!
La semana que ovulas, te puede doler igual que cuando tienes la regla, y las hormonas se te desbaratan hasta límites insospechados. Puedes estar salida, inapetente, exhultante, cabreada…o todo a la vez.
¿Qué me queda? ¿Una semana al mes para estar normal????
El hecho de no sufrirla y poder mear en cualquier esquina del planeta es lo único que les envidio a los hombres. Bueno, eso y que siendo un tío mediocre puedas conseguir unas cotas de poder que una mujer sólo alcanzará siendo brillante y tras muchos años de esfuerzo. Cabrones.
P.D. Y sí, la tengo ahora mismo y estoy hecha polvo…e intentando que no se me note de cara a la galería.

27.5.10

Cenita de chicas


Cuando tu vida social ya no es lo que era porque tu vida se va imponiendo, agradeces muchísimo de vez en cuando una cenita con amigas. Una de esas en las que conforme va corriendo la cerveza, las confidencias se hacen más íntimas y acabas muerta de la risa mientras intercambiáis secretos inconfesables.

Una buena amiga es un tesoro, un don, la maravilla de las maravillas. Mucho mejor que un novio. Te escucha, te entiende, no te juzga, te ríes muchísimo y os coméis el mundo cuando estáis juntas. Si no es exactamente así como te sientes cuando estás con tu amiga del alma, nena, búscate otra, que esa no te merece.

Antes las cenas con amigas solían acabar saliendo de la disco cuando ya era de día y desayunando en el Trina después de coquetear con polis de servicio (me encantan los tíos de uniforme, es un hecho) Ahora acaban mucho antes, con menos alcohol en el cuerpo pero la misma calidad en la conversación y las risas. Más espaciadas en el tiempo pero con más ganas de vernos si cabe.

Por cierto, tenemos una en breve, deberíamos ir poniendo fecha, guapa!!!

26.5.10

Buenos consejos a problemas concretos

Este no es mío. Lo he tomado prestado del libro Desnudas de Mónica Ceño, que es una mina de oro. Apunto unos cuantos que van muy al grano. Bombardeo!

Hombros estrechos.
Ponte cuellos barco.
Hombros caídos. Nada de cuellos halter ni palabras de honor.
Kilos de más. Vístete toda del mismo color con una chaqueta tres cuartos entallada y taconazos. Los jerseys de cuello alto también estilizan un montón.
Piernas cortas. Pantalones de talle alto y faldas máximo hasta la rodilla.
Culo plano. Evita los pantalones con pinzas. Sí a los que tienen bolsillos atrás.
Caderas anchas. Pantalones de talle alto. Evita complementos y adornos en esa zona.
Poco pecho. No a los escotes en V. Sí a las camisas con bolsillos, camisetas con volantitos, estampados y bordados. Cualquier cosa que abulte la parte superior.
Cartucheras. Estupendos los vestidos en forma de A y las telas vaporosas.
Barriguita. Blusas vaporosas en forma de A. Contrástalas con pantalones pitillo y taconazos.
Faldas que favorecen. Las faldas evasé favorecen a casi todo el mundo. Huye de las minifaldas muy cortas y de las faldas rectas por encima de la rodilla. No son nada estilosas.

Y si no sabes qué ponerte….¡NEGRO!!! Lo que sea, pero negro.
Otro día hablaremos de biquinis, que ya toca.

25.5.10

La primavera me altera


Definitivamente estoy en una edad muy mala. Un amigo me dice que en cuanto llega mayo, todas estamos buenas, y estoy empezando a estar de acuerdo pero a la inversa. Siempre he sido de las que se fijan en chicos de su misma edad, pero últimamente, ¡me gustan todos!! ¿A ti no te pasa?

Con la llegada del buen tiempo, por todas partes afloran bíceps, dorsales, abdominales insinuándose debajo de camisetas talla L (no me gustan ceñidas, manía personal. Si el tipo no está bueno, parecerá una morcilla y si lo está…parecerá Jesús Vazquez)
Es una gozada pasear por la ciudad una tarde de sol.

Esos chavalines de veintipocos, tan altos, tan escandalosamente jóvenes, con vientres planos y anchas espaldas que andan como si nunca fueran a envejecer y el mundo les perteneciera.

Luego están los de treintaytantos, que les ha dado por cuidarse, y así como tu padre a los 37 parecía un padre, ahora hay papás de 37 años que van en motaza, lucen tatuaje y se gastan unos bíceps de hacer bici de montaña los domingos que ya los quisiera yo para un abrazo de oso.

Y por último, los de cuarentaypocos. Diosss, nunca habría pensado que me fijaría en tíos de más de 40. De estos no hay muchos que sigan teniendo abdominales, pero un hombre de esa edad, si es un Hombre, te mira de una forma, te habla de una forma, sabe lo que se hace, sabe lo que le gusta y lo que te gusta a ti, y lo que es más importante, sabe cómo hacerlo!!! Hay miradas de un cuarentón que ponen más que los brazos de un veinteañero…La putada es que creo que ellos no piensan lo mismo, ja,ja,ja.

23.5.10

Maquillaje para las que no se maquillan II

Colorete. Ojo, cuidado! Prohibido pasarse de cantidad. Poco, bien puesto y de un color tirando a marrón para las morenas y tirando a rosa para las rubias, o castañas de piel clara. Sonríe, observa esas dos “manzanitas” que se te forman en los pómulos, y aplícalo ahí, con delicadeza. Luego mírate y repite si te has quedado corta. El colorete es el toque buena cara definitivo. Benetint, de Benefit es una pasada. Facilísimo de poner y da un acabado muy natural, como si te hubieras ruborizado al cruzar la mirada con Miguel Angel Silvestre.

Rimel. Si nunca te has puesto puedes optar por uno transparente o marrón. Rízate las pestañas y luego atrévete. Despacito, con el dedo índice levántate la ceja correspondiente y aplícalo con los ojos medio cerrados. En principio, con una capa es suficiente. Luego espera unos segundos hasta que seque. Esto cómpralo barato, L’oreal, Burjois, Rimel, son marcas que están bien, y este producto dura muy poco, porque hagas lo que hagas se seca en 3 meses, así que no inviertas un pastón para luego tirarlo.

Hidratante labial. La crema de cacao de toda la vida. No hace falta pintarse los labios, pero sí llevarlos en buen estado. Además, suelen tener un poquito de brillo sin pringar que las hace muy llevables.

Te aseguro que cuando te mires al espejo no parecerá que vas maquillada en absoluto. El aspecto final es de ¡chica, no se que te has puesto pero estás estupenda!! Y queda igual de bien en una cara de 20 que de 40 años. Ya me contarás...

Maquillaje para las que no se maquillan I

Hay muchas chicas que no se maquillan porque dicen que no se gustan, que no se “ven” con maquillaje. Supongo que no lo hacen porque entienden que maquillarse es llenarse los párpados de sombra del color de la camiseta que llevas y pintarse los labios de rojo o marrón o embadurnarse la cara de naranja (ahí, que se note, para una vez que me lo pongo...) En realidad no se trata de eso. Maquillarse es ponerse buena cara, disimular ese grano y resaltar las pestañas que te ha regalado la naturaleza para que, unido a una sonrisa y una actitud positiva, hagan que todo es mundo te diga lo guapa que estás.

Lo primero para crear este aspecto de “buena cara” es ir de compras. Cuatro básicos, no hace falta que te gastes una pasta en sombras de ojos de Dior, (que por otra parte son una pasada, pero eso es otra historia). Si no te maquillas nunca, o si sabes que no lo haces bien, esto es lo que deberías comprar:

Un iluminador. Es fundamental. Actúa como corrector de ojeras y para darle luz al rostro. No tiene porqué ser muy caro, aunque te recomiendo que inviertas en uno bueno, como el Touch Eclat de YSL o el Blac Universel de Chanel. Valen pasta, pero duran años. Póntelo en las ojeras, sobre el hueso del pómulo, en el centro de la frente y la barbilla, incluso si vas escotada, sobre el pecho. Hará que parezcan ópticamente más grandes. ¡Pruébalo! Aunque no te pongas nada más. El iluminador hace milagros en una cara cansada.

Un rizador de pestañas. No le tengas miedo. Al principio parece un poco ortopédico, pero en cuanto le pilles el truco, no saldrás de casa sin usarlo. Es un hacedor automático de ojos bonitos. Aunque luego no te pongas rimel.

Polvos compactos. A no ser que tengas la piel muy seca, son mejores que el maquillaje fluido. Pringan menos y son más fáciles de retocar. Cómpralos buenos, en serio, es lo que vas a llevar en contacto directo con la piel. Que sean de tu color o un poquito más oscuros, pero no más. A nadie le gusta besar una piel pringosa y naranja. No hace falta que te los pongas por toda la cara, sólo en los párpados, a modo de sombra, y en la frente, nariz, pómulos y barbilla. Eso sí, poca cantidad y difuminando para que no queden marcas, aunque si el producto es bueno y se asemeja al color de tu piel, no habrá problema.

Y sigue en la segunda parte, que hay mucha tela que cortar!

18.5.10

¿Podemos ser amigos o me acabarás gustando?


He ahí la eterna pregunta, ¿puede existir una amistad sincera y platónica entre un tío y una tía a lo largo de los años? ¡Pues claro que NO!! Ni de lejos. A ver, seamos claros. ¿Por qué es tu amigo? Porque le quieres, estás agusto con él, compartís cosas, tenéis mucho en común…y lo mismo le pasa a él, pero los tíos tienen una facilidad pasmosa para además querer llevarse a la cama a casi todas las mujeres del planeta. A lo mejor de buenas a primeras, así en frío no, pero con dos copas, buen rollo, estáis a solas con una cama cerca, risas, rollito ¡qué amigos que somos!!! Y cuando quieres darte cuenta, ese amigo del alma con el que te irías hasta de compras, está intentando escarbar en tu camiseta.

Pero eso no es lo peor, porque así, al fin y al cabo, eres tú la que controla la situación, y si no te lo imaginas desnudo encima de ti, pues le paras los pies, le aclaras las cosas y tan amigos, o cada uno por su lado si no lo entiende.

La putada es que sea al revés. Tu amigo es encantador, generoso, inteligente, sensato…y varonil, guapo, fuerte, tiene unos ojos espectaculares, unos brazos de atleta profesional y….te está contando sus aventuras de fin de semana mientras tú te lo imaginas con un bebé tuyo en brazos. Horror. La cagaste. No te cuelgues de un amigo, porque encima hay muchas probabilidades de que acabes enrollándote con él, (son básicos, para ellos una cosa no quita la otra) y a las dos semanas pretenderá volver a contarte sus aventuras de fin de semana como si no hubiera pasado nada. Y tú, a sufrir.

Nota de esperanza: Una tercera opción es la de que os colguéis el uno de otro, dos buenos amigos que deciden dar un paso más…y si funciona, habrás encontrado al hombre de tu vida. La cuestión es atreverse a dar ese paso.

17.5.10

Complementos: cuando menos es más

Las niñas de 20 años, cuando se arreglan, se pasan tres pueblos con todo. Demasiada base, demasiado khol, demasiados collares, pendientes, bolsitos, fulares, ganchitos…parecen tiendas de accesorize ambulantes. Entiendo que sea perdonable ese exceso estilístico por inseguridad. Al no saber qué les favorece, se lo ponen todo por si acaso.

Pero cuando eso lo haces pasada cierta edad, corres el peligro de parecer tu tía la del pueblo el día grande de las fiestas patronales.

Quítate cosas, por Dios!! Se te ha de ver a ti, no el catálogo de primavera-verano de Tous. Si llevas pendientes largos, nada de collares. Si llevas un colgante grande, nada de cosas en el pelo. Si llevas más de una pulsera, olvídate de los anillos, al menos en esa mano. Es mejor una joya buena que tres malas. Y sobre todo, que no se estorben las unas a las otras, no sea que se te enganche el pendiente con el collar y tengamos que llamar a los bomberos (lo que sería genial, os remito a mi post sobre el tema) para resolver el incidente.

Un último marujeo testeado entre mi colectivo masculino de amistades. A los tíos les agobian mucho las mujeres excesivamente “complementadas”. No saben por dónde empezar a desnudarlas.

14.5.10

Historias de bomberos


Partamos de la base de que me encantan los tíos de uniforme. Todos, sin excepción. Si en la oposición que han aprobado se incluyen pruebas físicas y el uniforme implica pistolas, porras o mangueras, ¡Soy fan!!

Hace un tiempo, estaba paseando a mi perro por el barrio y me encontré con 5 bomberos en medio de la acera, en círculo, 2 jovencitos, el resto veteranos, uno de ellos explicando al resto lo que iban a hacer. Pasé por allí haciéndome la despistada para echar un ojo y automáticamente, sin mediar palabra entre ellos, los dos más jóvenes dejaron de mirar al jefe y me miraron a mí, y lo gracioso del asunto es que no miraban con cara de: ¡Vaya tía buena! Sino con cara de: Eeeeeh, nena mira qué pedazo de bombero soy….Te molo, a que sí? Ja,ja,ja, ¡¡siii!!!!

Pon un bombero en tu vida, entre otras cosas para dar envidia a tu vecina la pija que sólo sale con abogados engominados y triponcetes. Ala, el tuyo tiene despacho propio, pero el mío se gasta una espalda tan grande que en su uniforme pone bomberos dos veces!

Una amiga comentaba un día que su compañera de piso, novia de bombero, quería concertarle una cita a ciegas con un compañero de trabajo del novio, y esta, cansada de decepciones, no sabía si aceptar. ¡¡Diosss, nena!!!! Es BOM-BE-RO. ¿Tú sabes lo que es eso??? Por muy alta que seas, tienes garantizado que puede levantarte en vilo y empotrarte contra la pared del dormitorio como hizo Brad a Geena Davis en Thelma y Louise.

Un día de estos le pego fuego a la oficina sólo por verlos entrar en acción….

13.5.10

Por qué mola más tener 35 que 25

A los 25 quieres contentar a todo el mundo, necesitas tener a la gente de cara, montones de amigos, un enorme círculo social que abarque más de un continente.
A los 35 estás con los que quieres, necesitas tener cerca a buenos amigos, un círculo social que te llene.

A los 25 te agobias mucho si no te llaman después de la primera cita, ha de llamar él, ha de quedar contigo él, ha de decir él primero que te echa de menos….
A los 35 le llamas tu, le dices que lo pasaste genial y que cuando quedáis otra vez y si notas que pasa de ti, en lugar de llorar y dar la murga con el tema a las amigas, te compras unos zapatos.

A los 25 le dices que sí a tu jefe, te proponga lo que te proponga. Yo puedo con todo, pringo con lo que sea y cobro lo que me den, estoy en plena ascensión profesional!!
A los 35 le dices que no….¡¡hasta a tu jefe!! Ya sabes lo que haces bien, lo que no sabes hacer y lo que no piensas hacer, y si ya no estás en la pomada, es porque no era prioritario para ti dedicar tu vida a tu trabajo, sino a tu vida, así que ahora estás a lo importante.

A los 25 no le aguantas la mirada a un hombre mayor que tú ni en un bar ni en una reunión de trabajo, porque seguro tiene razón él y la estoy metiendo hasta el fondo...
A los 35 se la aguantas, lo convences, le guiñas un ojo si está bueno, le miras de reojo el culo cuando se va y acaba apartando la mirada él por descoloque (o te pide una cita)

Nena, alégrate de cumplir años. ¡Todo son ventajas!!

12.5.10

Quiero unos vaqueros que me sienten bien!

Admitámoslo desde el principio. Tu culo ya no es el que era. La diferencia es que ahora, sí sabes cómo moverlo. En el fondo, todo el mundo quiere ser alto y delgado, excepto los que ya lo son. Esos dicen que el físico no es importante. Y en realidad no lo es tanto, es más bien una cuestión de proporciones.

Una prenda tan común como el pantalón vaquero ofrece múltiples posibilidades de elección, y en lo último que debemos pensar a la hora de comprar uno, es en lo que se lleva. Lo has de llevar tú. Eso es lo importante. Ejemplo: una chica de 1’70 de estatura y ancha de cadera, luciendo pantalón caído hasta medio glúteo mientras enseña tanga amarillo de la talla L. Además de mal gusto, desproporción. Esos pantalones harán que asomen michelines por todas partes, michelines que en realidad no lo son tanto, y esos bolsillos a la altura de medio muslo, convertirán sus piernas de 1’70 en apéndices diminutos bajo un cuerpo excesivamente largo. ¿Tiene mal tipo? ¿Está gorda? No, lleva un modelo de pantalón mal elegido.

Para que siente bien, un pantalón vaquero de mujer ha de quedar de 2 a 3 dedos por debajo del ombligo, no más allá. De este modo, ayuda a contener la curva de la barriga y esos antiestéticos (y muy comunes entre las chicas nor-ma-les) michelines de la cintura. Recalco nor-ma-les porque una chica normal tiene un índice de masa corporal de 22, no de 17, y sus medidas pueden ser 96-74-93, por ejemplo, repartidas en un 1’65m de estatura. Chicas estupendas, sanas y que están divinas si saben elegir la ropa que más les saca partido. Abrid los ojos de una vez, queridas, es mucho más sexy Scarlett Johansson que Kate Moss, preguntádselo a cualquier hombre del planeta!

Volvamos al vaquero ideal: ha de ser de pierna recta, más bien estrecho. Olvidaos de las campanas y las patas de elefante, ya estuvieron con nosotros en los 70 y sólo sirven para que te rías de las pintas de tus padres en sus fotos de juventud. El largo ha de cubrir medio empeine, de tal modo que sólo se vea la punta del zapato y el final del tacón. Ni vamos de pesca enseñando tobillo ni coleccionando en el bajo del vaquero, restos de mugre de todas las calles que hemos pisado. Recomiendo además que tenga un punto elástico en el tejido, así no te cortará la digestión cuando te sientes.

Dicho esto, que cada uno vista como quiera.